Cronismo Zuliano
En esta sección te brindamos un puñado de pinceladas históricas; vidas y hechos de nuestro estado rescatados de un espacio y tiempo cronológicamente definidos, que se quedaron en la memoria colectiva y se fundieron en la mente y corazón del pueblo.
LA PLAZA DEL ESTUDIANTE DEL MUNICIPIO SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor universitario
Eran los inicios de la década de 1970. Se desempeñaba como Gobernador del estado Zulia el doctor Hilarión Cardozo. Se hizo muy amigo del municipio San Francisco y en particular del Padre Vílchez, a quien admiraba. Para ese entonces, quien escribe, ocupaba la Dirección de Ceremonial y Acervo Histórico de la Ejecutivo Regional.
Fue suya la idea de construir en este municipio una Plaza adecuada para que los alumnos de escuelas y liceos estudiasen allí y compartieran sus ideas. Igual los docentes. De allí que fue muy bien planificada al gusto de Hilarión: una biblioteca dotada de todos los adelantos técnicos, módulos para el estudio, hermosas caminerías y jardines que engalanarían aquel recinto que marcaría historia en este municipio sureño. Pensaba el Gobernador que los estudiantes del Liceo del Padre Vílchez utilizarían este importante centro de estudio levantado en los terrenos del cementerio viejo.
Tal cosa ocurrió a medias. Lamentablemente no se dimensionó la utilidad de esta Plaza, única en su tipo en Venezuela. Aunque en verdad ha sido muy útil para algunos alumnos preocupados, no así para la mayoría que no supieron valorarla. Esta fue una plaza para la diversión sino para el trabajo intelectual. De allí que se levantó una modernísima biblioteca dotada de todos los servicios: libros, recursos audiovisuales y hemerográficos.
Con el correr del tiempo y de las cambiantes autoridades del Zulia la Plaza del Estudiante ha ido experimentando profundos cambios. Pasó a ser un Centro de Cultura Popular, se construyó un teatrino. Su utilidad está allí, no como la pensó el Gobernador Hilarión Cardozo, pero en realidad se ha transformado en un sitio recreativo y cultural del Municipio San Francisco. Su importancia es capital.
Hace algunos años me encontré en Caracas con el doctor Hilarión Cardozo (q.e.p.d.) amigo de toda la vida, envejecido y enfermo, y me preguntó por la Plaza del Estudiante. Cuando le respondí que todavía constituye una plataforma educativa y cultural se alegró bastante.
PROTAGONISTAS DEL PUENTE SOBRE EL LAGO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Para hablar del Puente Sobre el Lago de Maracaibo "General Rafael Urdaneta", hay que evocar la musa del bobureño José Chiquinquirá Rodríguez "Chinco", quien dibujo el Zulia con la letra del poema El Regionalista, ya que "Se me infla el pecho de orgullo/al saberme maracucho", y además poder expresar que ese lago con su puente, une las Costas Oriental y Occidental del Estado Zulia, donde convivimos más de 3.704.404 coterráneos, según el censo INE-2011. Pues bien esta joya de la ingeniería venezolana, que el 24 agosto 2015, cumplió 53 años al servicio de los zulianos, constituye un orgullo zuliano, ya que fue la primera obra de ingeniería de este tipo y tamaño que haya sido efectuada a nivel mundial, exclusivamente en concreto armado y pretensado.
En primer término es menester analizar al protagonista material, es decir el puente con su longitud de 8.678,6m y 134 pilas, que intercepta al canal de navegación, con un galibo o altura libre de 45mts, para garantizar el pase abierto de los buques, entre las pilas 20 a la 25, cuya separación entre pilas es de 235mts. Solo para conocer la magnitud de la obra, se destaca la utilización de 3.000.000 de sacos de cemento de 46kgs y 20.000 toneladas de cabillas. Esto equivale a 270.000m3 de concreto, que incluyen 35.660 metros de pilotes de perforación, 33.430 metros de pilotes de hinca y 5.000 toneladas de cables de pretensado.
Ahora bien, en cuanto al protagonismo humano, tenemos que durante los 40 meses de construcción, laboraron 2.630 personas, que incluyen 173 capataces, 1.048 especialistas, 1.026 obreros y 225 empleados. Como una muestra representativa de este grupo de personas nos vamos a referir al ingeniero residente de la obra, al responsable de ponerle el nombre, al cura que lo bautizo y el músico que le compuso su primera canción de manera formal. El Dr. Oscar Benedetti Pietri (1926), nacido en Carupano, Sucre, en su condición de miembro de la Junta directiva de la empresa Precomprimido, que representaba el 50% del Consorcio Puente Maracaibo (CPM), responsable de la obra con un grupo de empresas alemanas (50%), representa al grupo de ingenieros.
Actualmente tiene 89 años de edad y 69 de graduado. Ha participado en más de 11 puentes en Venezuela y es miembro de la Academia de la Ingeniería y el Hábitat. Su número de ingeniero es CIV. 1357 y a la fecha vamos hacia el CIV. 280.000. En cuanto al nombre del puente Gral. Rafael Urdaneta, fue propuesto por el maracucho, nacido en Santa Lucia (1929), profesor, Doctor en derecho y locutor, Dr. Vinicio Nava Urribarri. Miembro de la Academia de la historia del Zulia, ocupando el sillón N° 15. En el marco de la inauguración del puente, el Concejo Municipal con su presidente Efimio Montiel Parra (1961-1963), promovió un concurso musical en su honor. El ganador resulto un luciteño, Luis Guillermo Sánchez (1913-1969). Pianista, músico y compositor. Su composición fue la Danza Maracaibera. Era llamado el cantor del amor, del lago y de la lluvia. Fue miembro fundador y directivo de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Se inmortalizo con el vals lluvia. También escribió el vals Ciudad del sol, en la celebración de los 400 años de refundada Maracaibo, por Alonso Pacheco.
Finalmente se realizó la bendición de la obra, con la presencia del Presidente de la República, Rómulo Betancourt, acompañado del expresidente Rómulo Gallegos y el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa entre otros. Fue bendecido por el sempiterno Monseñor Domingo Roa Pérez (1915-2000). Fue el quinto obispo de Maracaibo. Nació en El Cobre, Táchira. Promovió en el Zulia la creación de una nueva Diócesis, fundo 26 parroquias eclesiásticas, construyo 60 templos y ordeno más de 40 sacerdotes en el lapso (1961-1992).
Otro evento de relevancia, ocurrido en el Lago de Maracaibo, aunque no vinculado al Puente Gral. Rafael Urdaneta es la hazaña de una niña, nacida en los Puertos de Altagracia, Municipio Miranda, el 13 noviembre 1945, quien a la edad de 10 años, cruzo nadando el lago el 25 de marzo 1956. Salió a las 5:00am de los Puertos y llego a las sede de Casa Blanca Club, en el sector de Canalizaciones, El Milagro a las 9:42am. Su papá Asdrúbal Hernández "El Tiburón del Lago", motivo a su hija Agripina Hernández a realizar este notable evento.
Para la construcción de la Maracaibo 2029, debemos tener presente a todos los hermanos maracuchos, zulianos, venezolanos que han marcado nuestra historia. Estos hechos sirven de apalancamiento para la consolidación y formación de las generaciones de relevo, que participaran en el acto de los 500 años de Maracaibo, a celebrarse el sábado 08 septiembre 2029. Contamos con Vos!. @funmara500.
EL PERIPLO HISTÓRICO DE SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor universitario
Lo más próximo
Desde su origen y hasta la creación del Municipio autónomo, lo que hoy se conoce como San Francisco, perteneció al Cantón Maracaibo, primero y al Distrito Maracaibo después. Esa realidad histórica, en gran medida, dificulta la reconstrucción de su específico acontecer ya que toda actividad económica, social, política o cultural, que se producía en su entorno, pasaba a ser parte del acontecer maracaibero. Lamentablemente estuvimos, hasta el 22 de enero de 1995, unidos por un cordón umbilical a la metrópoli marabina que nos impidió descubrir nuestras propias potencialidades.
Esta realidad queda demostrada cuando se investiga el Anuario Estadístico del Zulia y palpamos la vivencia del Coronel Agustín Codazzi cuando expresa: "Maracaibo es el depósito de las producciones de sus poblaciones y de las provincias... los buques de Europa y demás partes de la América depositan allí también sus mercancías... de modo que dicha ciudad es un emporio". Y Ramón Santaella en su trabajo: La Dinámica del Espacio en la Cuenca del Lago de Maracaibo destaca la importancia de Maracaibo en el siglo XIX como puerto y centro de la estructura espacial cuando afirma: "gracias a la producción de sus poblaciones vecinas" robándole de esa manera a los pueblos en cuestión su protagonismo dentro del proceso histórico del Zulia y de la nación". Entre esos pueblos estaba San Francisco.
Lo más lejano
En el extenso territorio de la Cuenca del Lago de Maracaibo, después de la llegada de Colón, sobre todo en el siglo XVI, arreciaba la conquista y la colonización española. El enfrentamiento entre los indígenas que defendían sus territorios y los europeos debió ser funesto. Desde la sabana en la que se
ubicaron las primeras comarcas originarias de la ciudad de Maracaibo hacia el sur, hasta el río Apón, diversos grupos étnicos: onotos, macuaes, coyamas, chaques, aliles, quiriquires, cocinas y aramotos ocuparon en diversos momentos históricos esos microespacios. Estos grupos que fueron nuestros antepasados también libraron una férrea lucha contra la fuerza invasora pero al final las armas de fuego acallaron la fortaleza física y las flechas de los nativos del Zulia legendario. Fueron tan brutales estos hechos que el Cronista español Fray Pedro Simón al escribir sus Memorias señaló que: no habían quedado en la laguna de Maracaibo para 1627 más que cuatro pueblos de indios en su lado nororiental: Paraute, Misoa, Tomoporo y Mopico.
Por el acoso a que fueron sometidos los indígenas que habitaban las riberas del Lago de Maracaibo los que no perecieron, o no fueron capturados como esclavos, se replegaron hacia lugares distantes como la Sierra de Perijá. De estos grupos originarios se derivaron los actuales grupos Yucpa y bari, entre otros.
¿Qué ocurrió después?
Mermada la tempestad vino la calma. Luego de los sucesos sangrientos de la conquista y alcanzada medianamente la paz en los territorios que en el presente ocupa el Municipio San Francisco, se produjo un poblamiento gradual y espontáneo de colonos, no sólo en las riberas del Lago, sino también en las sabanas, tierra adentro. Los colonos comenzaron a convivir no sólo con su propio grupo racial sino que se mezclaron con los aborígenes que sobrevivieron a la hecatombe inicial, produciéndose el mestizaje qué conocemos, sumándose, paulatinamente, la sangre de los negros que desde 1517 fueron traídos de África por iniciativa del Padre Bartolomé de las Casas que tuvo lástima por los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, no así de los negros esclavos.
En el devenir de las sociedades se procura un nombre que identifique y le conceda unidad geográfica y humana a los asientos poblacionales. Por ello a esa extensa región, desde los linderos de Maracaibo hasta la actual Cañada de Urdaneta, ocupada por colonos que vivían de la pesca, de la caza y, preferentemente de la agricultura (cultivaban ajíes, rábanos, remolacha, zanahoria) fue conocida con el nombre genérico de La Cañada. Nos atrevemos a afirmar que con este hecho, aparentemente simple, se comenzó a darle sentido de pertenencia a lo que hoy conocemos como San Francisco. Esto ocurrió aproximadamente en el año de 1688.
Los primeros cañaderos se dividen
Estos territorios amplios y poco poblados debido a la necesidad que tuvieron sus pobladores de interactuar y resolver más fácilmente los problemas cotidianos se dividen. Esto ocurrió con La Cañada que se subdividió a males del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, en tres partidos (entiéndase comunidad, vecindario): partido Cañada de Allá Dentro, que comprende la actual Cañada de Urdaneta; partido Cañada Baja referido al territorio de la costa que se iniciaba en la Ranchería, hasta la cañada de Bajo Grande, unos 15 kilómetros de largo y una legua de ancho. Cañada Baja que ocupaba una parte de Los Haticos y los espacios que en el presente ocupan las parroquias Francisco Ochoa, San Francisco y El Bajo. Cañada Alta junto con Jobo Alto y Jobo Bajo comprendía la parte oeste del actual municipio. Estos partidos eran considerados territorios rurales del Cantón Maracaibo.
Los hatos: símbolo de grandeza del San Francisco de ayer
Cañada Baja y Alta, fueron asiento de grandes y hermosos hatos. El más antiguo fue El Guadual (1620-1630) situado en la actual parroquia el Bajo. Allí se estableció el primer grupo poblacional de San Francisco. Otros hatos por su antigüedad fueron Santa Ana, El Hornito, La Punta de Don Francisco, El Paraíso, San Isidro, El Rincón, El Socorro y Chiquinquirá, El Caujaro y Caujarito, entre otros.
Nuestra primera parroquia civil
Esto ocurrió en 1844 cuando se crea el partido "Chocolate" (actual territorio de Los Haticos) que junto al partido Cañada Baja, es decir el San Francisco viejo, el tradicional e histórico, constituyen la parroquia civil "El Rosario". Este hecho tuvo una gran resonancia social y política. Se crearon los primeros Jueces de Paz. En 1861 lo que había sido parroquia "El Rosario" aparece en diferentes documentos testimoniales con el nombre de Cristo de Aranza. Sin embargo, fue un simple cambio de nombre porque las autoridades de la nueva entidad continuaron siendo las mismas.
Cristo de Aranza Norte y Sur
En 1874 por su auge demográfico, por su extensión geográfica y con el fin de mejorar su administración, Cristo de Aranza se subdivide. La del Norte comprendía el territorio entre Caño El Manglar hasta la cañada del Manzanillo y Cristo de Aranza Norte desde allí hasta la cañada de Bajo Grande.
¡Aleluya! nació San Francisco
Sostiene Ada Ferrer en su libro "San Francisco", antes de 1736 en el sitio de La Cañada, fue fundado el hato "La Punta de Don Francisco y el lugar tomó el nombre del hato. Allí nació un caserío que se constituyó en el centro poblado de mayor arraigo y tradición. En ese lugar se construyeron la primera iglesia, la primera casa municipal, el primer juzgado, la primera escuela y el primer cementerio. También se comenzó a llamar "plaza" al terreno situado frente a la Iglesia.
El hato "La Punta de Don Francisco" fue fundado posiblemente, por Don Francisco Lizaurzábal, a quien la corona española le concedió licencia para construir un oratorio en dicho hato, el 22 de diciembre de 1836. Después tuvo varios propietarios hasta que fue adquirido en 1870 por Francisco López, hombre caritativo y bondadoso. Su hato tenía un pozo de agua dulce que abastecía a buena parte del caserío. La gente agradecida con el correr del tiempo comenzó a decir "vamos al hato de Don Francisco". En 1903al morir Zoilo Araujo, dueño del hato, su esposa e hijos lo venden a Telemina Soto. Ya para esta fecha dicho hato no se llama Don Francisco, sino "San Francisco", según revelan los documentos de traspaso de la propiedad. De lo expuesto se desprende que por una evolución del nombre "La Punta de Don Francisco" se simplifica y se termina llamando al hato y al caserío circunvecino "San Francisco".
Para concluir, en 1881, se reconoce por primera vez el nombre San Francisco, lo cual ocurrió en la sesión ordinaria del Concejo Municipal de Maracaibo que estaba bajo la dirección del bachiller Abraham Belloso. En esa misma sesión fueron electas las primeras juntas parroquiales.
EL BARRIO SAN RAMÓN
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Mi familia se asentó en el municipio San Francisco en marzo de 1950, luego de permanecer doce años en el campo petrolero de San Lorenzo, municipio Baralt. Yo había nacido en el caserío San Benito y 12 años después, junto a mis padres y hermanos, regresamos al pueblo de la cebolla en busca de la instrucción de la cual carecía San Lorenzo. Aquí tampoco había institutos de educación media pero podíamos, con algún esfuerzo cursar estudios en Maracaibo, en los liceos Baralt o Udón Pérez, cosa que logramos luchando contra el sol sofocante y contando con los pocos recursos de los que disponíamos en esa época atrasada de San Francisco. Nuestro hogar, de nombre "Luisa Matilde", lo construimos en "Pueblo Quieto" o San Ramón, como fue santificado luego.
¿Cómo era el barrio San Ramón en esa época? Su territorio arrancaba del solar de una casa grande y amplia llamada "La Marabina", ubicada en un terreno que forma parte hoy de una empresa de plásticos. Contiguo a "La Marabina" se hallaba El Hato de "Los Galué". La avenida principal de la actual parroquia San Francisco distaba unos mil metros del citado lugar. Por el Oeste se extendía hasta la vieja entrada de la Urbanización La Coromoto. El Norte era un peladero de chivos, en donde con el correr de los años fueron surgiendo los caseríos "Las Piedras", "Las Piedritas" y el "Barrio Encantado". Y por el Sur colindaba con el frondoso Monte de "Los Rivera", que unos veinte años después bajo el azote de los invasores o "macheteros", se convirtió en el barrio "Ma' Vieja".
Ya funcionaba el Aserradero "Anauco" que una próspera familia italiana construyó al final de la vía convertida en una trilla y que tanta fama le dio a este pedazo de tierra amada del municipio sureño. Durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez se construye en la parte oeste del barrio San Ramón, el "Hospital Materno Infantil de San Francisco", moderno centro hospitalario que vino a llenar un gran vacío en el área de la salud en toda esa región, incluyendo otros municipios. Se inicia luego un inusitado desarrollo poblacional en el entorno de San Ramón unido al mejoramiento de las vías de comunicación. Se unieron luego los sectores La Coromoto, San Ramón, San Benito, el Bajo y los nuevos centros poblados "Betulio", "Ma' Vieja" y Ciudad El Sol.
A comienzos de 1950 el barrio San Ramón cubría ambas aceras de una trilla que atravesaba un conjunto informe de casas y ranchos, por lo que solamente podían transitar los pocos vehículos rústicos que existían para la época: camiones y camionetas. Los autobuses de entonces, construidos de madera, atravesaban la única vía terrestre importante de San Francisco, que arrancaba de la Iglesia del Santísimo Cristo de San Francisco, seguía paralela a las orillas del Lago de Maracaibo, pasando por la actual plaza de Las Banderas y que llegaba por Los Haticos hasta la parada de los autobuses, en la calle del Comercio. La carretera que une el caserío La Punta con el Bajo, primera de ella fue construida en los años sesenta. Antes era una vía de arena que permitía el traslado de los productos agrícolas de esa zona hasta el centro de Maracaibo, sobre todo la cebolla larga.
Los primeros vecinos del barrio San Ramón debían madrugar para ir a su trabajo o a estudiar en Maracaibo a través de una caminata de más de una hora, para tomar, en la única arteria vial existente, algún bus que los llevara el centro de la metrópoli. Lejos estaba el feliz momento en que se fundara el Liceo Diocesano San Francisco, lo cual ocurre en el año de 1959 por el esfuerzo mancomunado del Padre Luis Guillermo Vílchez y el profesor colombiano Carlos Peñuela, junto al noble pueblo de San Francisco.
Muchos recuerdos guardamos del barrio San Ramón. Uno de ellos se vincula con la familia Zambrano. Vivían en una casa muy bonita al lado de La Marabina. "Rafailito" Zambrano usaba sombrero blanco, era delgado, de buen vestir y de respetuoso hablar. Manejaba una camioneta "Studebaker", una marca famosa de esos años, de color amarillo "pollito". El sólo el ir y venir de esa hermosa unidad constituía un rato de solaz en esa época pesada y triste en que teníamos que soportar además de nuestra recortada situación económica, el inicio del tiránico gobierno de Marcos Pérez Jiménez.
Entre la cantidad de familias fundadoras de este popular barrio sureño, recordamos a Jesús González, mecánico de profesión, que tenía su casa y su taller a cincuenta metros de nuestra vivienda. Junto a su esposa, Afrodisia Corona se ganó el afecto de sus vecinos. Al morir ambos, uno de sus hijos: Jesús "chucho" González heredó su oficio y el taller. La señora Cristina Morales fue una matrona adorable. Robusta y dueña de un tren de barbacoas. Junto a su esposo y el hijo adoptivo Julio "El Guajiro" constituía un grupo muy querido y trabajador. Su hija Asmiria Corona era nuestra vecina más cercana; su esposo se llama Rubén. Ya están bastante mayores y ella sufre del mal del olvido.
Otro núcleo familiar muy reconocido en el San Ramón Viejo fue el formado por Manuel Villasmil y Carmelita de Villasmil. Con sus hijos Manuel, Delfo, Robert y Ana se entregaron al trabajo permanente. Era buena gente. Buenas personas. Ramón Gotera y Anita de Gotera formaron una familia estable. Ramón murió hace años mientras que Anita sigue dando guerra y continúa siendo el norte de sus hijos Nancy, Ramón, Neira y Roberto, de sus nietos y bisnietos.
Otras personas reconocidas fueron Dimas Leal, Amílcar y Ángel Enrique Parra Leal, dueños de la famosa sastrería "El Venezolano". Han pasado sesenta y cinco años desde el día que pisamos el suelo bendito del barrio San Ramón. Este sector ya no es el camino de arena que muchas veces cruzamos para hallar en el estudio y en el trabajo nuestra superación personal y familiar. De allí salimos en 1970. Con gran emoción vemos como el barrio San Ramón se ha desarrollado. El camino de arena se cubrió de asfalto y su gente laboriosa ha ido encontrando los caminos de redención. (JLFL)
A PROPÓSITO DE LOS 106 AÑOS DEL HIMNO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
En el marco de la celebración de los 106 años del Himno del Zulia, tuve la oportunidad de ir a un inmueble patrimonial, ubicado en la Av. 4 (Obispo Lazo), entre las calles 93 (Padilla) y 94 (Carabobo), donde funciono la antigua ermita de San Buenaventura, restaurada como Templo Bautismal, para la conmemoración del Bicentenario del Natalicio del General Rafael Urdaneta. Actualmente funciona el Panteón Regional del Zulia desde el año 95. Antes de entrar, es obligado detallar al lado derecho la Plaza de la Herencia y al izquierdo la Sede del Museo Arquidiocesano. Al entrar se siente una energía histórica espectacular y una luz divina, producto de los pasajes bíblicos tallados en madera en sus paredes .Esto es obra de los artistas, curas peruanos Villarruel en 1988. Finalmente en el área central del salón, nos encontramos con un imponente mausoleo de mármol y cobre, cuya capacidad es de 36 nichos o sarcófagos, donde descansan un grupo de ilustres zulianos, destacados en la política, poesía, música, entre otras actividades sociales y culturales. Solo como referencia, podemos mencionar a Venancio Pulgar, Udón Pérez, José Antonio Chávez y Ricardo Aguirre.
Es obvio que la celebración del aniversario de nuestro Himno estatal, en este recinto patrimonial, marca un reencuentro con sus autores, el poeta Udón Pérez (1871-1926) y el músico José Antonio Chávez (1854-1933). Por esa razón es importante repasar la historia del conocido «Sobre Palmas», que fue oficializado, según Decreto Ejecutivo del 15 agosto de 1909, producto del concurso promovido por el presidente del Zulia José Ignacio Lares Baralt, el 29 de abril del mismo año. La iniciativa de la necesidad, de que el estado Zulia tuviera su propio himno, fue del editor y periodista maracucho Eduardo López Rivas (nicho 34 del panteón), quien insistió con el planteamiento, a pesar de haber sido rechazado en varias oportunidades, producto de sus artículos de denuncias contra los abusos del Gobierno. En 1908 se presentaron condiciones favorables, ya que nombraron presidente a un humanista, escritor y político, descendiente de padre andino y madre de origen zuliano, familiar nada más que de Rafael María Baralt, nos referimos a José Ignacio Lares Baralt.
En cuanto al concurso, fue coordinado y contó con el apoyo logístico de Eduardo López Rivas, responsable de la redacción de las bases y condiciones del concurso, que fue publicado ese 29 de abril, cubriendo la letra y música del himno zuliano. Para seleccionar la letra el jurado estaba integrado por Eduardo López Rivas, José Antonio Chávez y Clodomiro Rodríguez, mientras que para la música estaba formado por Leopoldo Sánchez, Marcos A. Ramírez y Joaquín Baralt. El 5 de julio 1909, se conocieron los resultados, que daban ganador del premio para la letra el poeta Udón Pérez. El premio para la música fue declarado desierto en virtud de la participación de José Antonio Chávez, que era jurado de la letra. Lo cual obligó a una nueva convocatoria, resultando ganador el jurista y músico José Antonio Chávez. El 15 de agosto en los actos de conmemoración del descubrimiento del Lago de Maracaibo, se emitió el Decreto que autoriza el himno, con su letra y música, como oficial y además el reglamento que rige su uso. Los asistentes a este acto, en la sede del Poder Ejecutivo del estado Zulia, es decir el Palacio de los Cóndores, disfrutaron por primera vez, esta joya musical, orgullo de todos los zulianos. El 18 de febrero de 1910, el nuevo Presidente Provisional del estado Zulia, Alejandro Rivas Vázquez, decreto la impresión y difusión del símbolo regional y su distribución en las escuelas. La partitura con las notas y la letra del Himno del Estado Zulia, fue impresa y publicada por su promotor Eduardo López Rivas en la Imprenta Americana, como parte de la edición extraordinaria del diario El Fonógrafo, el día 19 abril 1910.
Finalmente es menester resaltar la iniciativa de un grupo de auténticos zulianos de realizar de forma permanente y sostenida este tipo de actividades, que nos permiten refrescar la memoria histórica regional y reflexionar sobre la importancia de los simbolos patrios Nacionales, Regionales y Municipales, para la formación de los jóvenes de la Maracaibo 2029. Contamos con Vos! @funmara500
RAMIRO FERRER (GAVILO)
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Lo primero que me llamó la atención de este personaje fue su apodo: Gavilo ¿Cuál es su origen? Ramiro Ferrer estuvo muy vinculado al famoso equipo Gavilanes. Cuando perdía algún juego esta novena todos le tomaban el pelo porque sabían que rabiaba. Fue tal la identificación que tuvo con Gavilanes que Hugo Polanco, un amigo de la infancia, terminó llamándolo Gavilo y su nombre de pila pasó, desde entonces, a un segundo plano.
Nació en el caserío La Punta del municipio San Francisco, el 2 de diciembre de 1940. Gavilo fue el primer sanfranciscano que participó en un espacio dramático de la televisión. Lo hizo en el programa del Canal 13: "Mamerta y Cocomoco", en su sección "Las Aventuras de Carolina", entre mayo y junio de 1965. Lo conocimos desde esa época en el Liceo del Padre Vílchez. El profesor Esteban Sánchez y yo que dirigíamos el grupo de teatro "Sombras" y buscábamos a un alumno que representara a Simón Bolívar en su lecho de muerte. Sánchez había escrito el guión sobre la Vida del Libertador y ya teníamos los actores de los primeros roles. Pero, en dónde hallar un discípulo con cara de difunto. Hasta que una tarde apuntamos nuestros ojos a un muchacho extremadamente delgado y de rostro muy pálido. ¡Allí está, dijimos! y allí estuvo sin duda.
Se trataba de Ramiro Ferrer (Gavilo), hijo de Román Ferrer e Ismenia de Ferrer, dueños de una carpintería muy conocida que aún se encuentra frente al famoso cepillado del Gocho Rosales. ¡Qué acierto! Ramiro Ferrer resultó ser un espectacular actor. Observar el rostro demacrado de Gavilo y escuchar su voz quejumbrosa, imitando la voz eterna de Simón Bolívar, era como ubicar nuestra existencia en el año de 1830 en Santa Marta. Era tal su entrega al ejercicio actoral, que el público en el teatrino del Liceo San Francisco, se volcaba al escenario para contemplar la actuación de aquel muchacho nacido en nuestro municipio que, junto a sus compañeros de elenco, revivía los últimos momentos de la vida ejemplar de nuestro Libertador.
De haber tenido Ramiro Ferrer ambiciones de actor ¡Qué lejos hubiese llegado! pero prefirió seguir las huellas de su padre: excelente carpintero y ebanista, que con su incansable trabajo se ganó el cariño de sus vecinos y la gracia eterna de Dios. Gavilo continúa allí, luciéndose con sus trabajos de carpintería y animando a los demás con sus ocurrencias a flor de labios. En estos días nos dijo "… nos vamos de Venezuela porque aquí hace mucho calor y, para dónde te vas le preguntamos, y él, con su cara fruncida, respondió… para Betijoque.
Muchas personas valoran a los seres humanos por la apariencia. Si a eso vamos, Gavilo no se ha preocupado nunca por exhibir la mejor. Sería bueno recordar que detrás de las líneas que dibujan a todo hombre, que pueden ser rectas o curvas, subsisten almas piadosas. La de Gavilo es un alma sana, testimonial y auténtica. En el trasfondo del carpintero que es hoy, se esconde la genial figura del actor que fue ayer. Gavilo con su caminar sin prisa, con sus chistes y remembranzas sigue engañando a la gente que lo mira con desdén, pero su dulzura de carácter y su inteligencia le han ganado la querencia de un pueblo que lo admira.
EL PASEO CIENCIAS Y SUS ESCULTURAS
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
En primer término es menester definir físicamente el histórico Paseo Ciencias. Este es un rectángulo, comprendido entre las avenidas Urdaneta (5), intermedio avenidas Colon (6), Vargas (7), Páez (8), Miranda (9), Milagro/La Fe (10), Campo Elías (11) y termina en Padre Añez (12), que pasa frente a la Basílica de la Chinita. En el sentido norte-sur, está limitado por las calles Venezuela (95) y Ciencias (96), también llamado calle Derecha. Precisamente su nombre obedece a esta calle, sobre la cual encontramos las instalaciones de la Iglesia El Convento, donde funciono la primera sede de nuestra ilustre Universidad del Zulia, posterior al Colegio de Varones de Maracaibo, lo cual le dio el nombre de Ciencias. Es importante recordar que en este espacio está el recuerdo de parte de lo que fue el Barrio El Saladillo, que fue demolido el viernes 20 de Marzo de 1970, para darle paso a un proyecto de renovación urbana de 3500 viviendas, que nunca fueron construidas, en la gestión del presidente Rafael Caldera y solo produjo tristeza a los 15 mil habitantes, que convivían en los 1900 inmuebles de este emblemático barrio maracucho.
Enmarcado en el fallido y mal llamado proyecto de renovación urbana del casco de Maracaibo, se construye en la década de los 70, el Paseo Ciencias, como un espacio recreativo y alternativo, pletórico del componente cultural, definido por un grupo de esculturas y estructuras artísticas, básicamente de la mano de escultores venezolanos de proyección nacional e internacional. Allí se colocaron las esculturas Progresiva Plástica de Jesús Soto; Homenaje a la Virgen de Chiquinquira de Lía Bermúdez; Los Gaiteros de Víctor Valera y Transposición de Pedro Vargas. Además se coloco una réplica de la Victoria de Samotracia, de la escuela rodia del periodo helenístico, cuya escultura original se encuentra en el Museo Louvre de París. Cerrando la colección con una estructura decorativa de contenido artístico, llamado Reloj del Sol, la cual según los especialistas de artes, dicen que es anónima y otros opinan que su autoría es del escultor maracucho Víctor Valera. En la revisión histórica se plantea que esta estructura, fue una donación de la colonia italiana, junto con la réplica de la Diosa de la Victoria. No obstante, lo importante es la recuperación de esas esculturas y su instalación en los espacios originales, ya que estamos contribuyendo a la restitución de la memoria histórica artística del casco urbano de la Maracaibo mía, Siempre Mía del poeta Udón Pérez.
Fundamentado en la polémica del Reloj del Sol, ha emergido el nombre de Víctor Valera (1927-2013), escultor, pintor y muralista maracucho, con prolija lista de obras de artes y con muy poco reconocimiento en su ciudad natal. Inicia sus estudios de arte en Maracaibo en 1941 y se traslada a Caracas el año 1945, realizando estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas (1948-1950). Se incorporo al proyecto de integración de las artes concebido por Carlos Raúl Villanueva, en la Ciudad Universitaria de Caracas, a partir de ese momento, la integración de arquitectura y plástica, se constituye en unos de los vértices principales en la capacidad creativa de Valera. Todos los murales cerámicos existentes en los edificios de la Facultad de Humanidades y educación de la UCV, con excepción de los ubicados en el interior del Instituto de arte, fueron creados por Víctor Valera. Becado en 1952, viajo a París, donde asiste al taller de Jean Dawashe y Víctor Vasarely. Realiza pinturas abstractas y trabaja en el taller de Fernand Leger. Entra en contacto con Robert Jacobsen, quien lo anima a realizar obras tridimensionales en hierro, material que introduce en la escultura venezolana. Ganador del primer premio en el XXX Salón Arturo Michelena. En 1966 formo parte de los venezolanos participantes en la XXXIII Bienal de Venecia, en 1967 gano la IV Bienal Armando Reveron con Andrés y el balancín, de la colección GAN y en 1969 trabaja con varillas tubulares con sentido de símbolo. Destacado coterráneo que representa el arte a nivel nacional e internacional con sus obras: Esquema en Movimientos (1975), Circulando sin Fin (1965), Aroa (1957), África Negra (1960) y Copula de Adán y Eva (1986).
Como un aporte a la construcción de Maracaibo 2029, la Fundación Maracaibo 500 (Funmara 500), ha propuesto la colocación de estatuas de seis zulianos ilustres como Baralt, Udón Pérez, León Hoet, Fernández Moran, Francisco Ochoa y Jesús Enrique Lossada, con huellas profundas en el área del Paseo Ciencias y una gran escultura del Relámpago del Catatumbo en el centro del paseo, con efectos luminosos y sonoros para el disfrute de los zulianos de este fenómeno meteorológico premio Guinness 2014. Contamos con Vos!. @funmara500.
EL ZARURO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Rafael León a quien apodaban "El Zaruro" debido a la manifestación involuntaria de sus movimientos corporales, tenía una bien ganada fama de pendenciero, mujeriego y protagonista de inverosímiles historias que recorrieron el municipio San Francisco, la Cañada de Urdaneta y zonas circunvecinas. Me referiré a tres de éstas sin que el tema se agote. "El Zaruro" era muy alto, fornido, ágil para la pelea. Trigueño, impetuoso y muy agradable para el sexo opuesto. Amores dejó en cada puerto en su época de capitán de embarcaciones de pequeño calado y una treintena de hijos diseminados por todo el Estado.
Pasó su época de gloria, de correrías, sin embargo mantenía el coraje y el arrojo que siempre lo caracterizó. Bien entrada la noche de un día de diciembre, Rafael León se desplazaba en su viejo camión desde El Carmelo en Cañada de Urdaneta, hasta su humilde casa ubicada en el barrio San Benito. Un guardia nacional apostado en la alcabala principal le hace señales para que se detuviera cuando pasó sin luces y a gran velocidad. Más de cien metros recorrió la unidad hasta pararse.
¿Por qué va sin luces y no se detuvo? lo increpa el guardia nacional con su mano cerca del arma de reglamento tratando de intimidar aquel gigante. ¡Mi camión no tiene luces, ni frenos! ¡Deme sus papeles! Tampoco tengo papeles, ni del camión que nunca los he sacado y los míos que se perdieron! El guardia empieza a cambiar la compostura frente aquel hombre imperturbable y sereno, enigmático que se movía de un lado a otro mostrando su estatura y sus músculos enormes. El teniente, ese era el grado del guardia nacional le pregunta, tratando de tranquilizarse y asombrado ¿Cómo se llama Usted si es que tiene un nombre? Si lo tengo: EL ZARURO.
¡Queda detenido! le ordenan y lo hacen entrar a una carpa; Rafael León se sienta acentuándose en ese preciso instante los movimientos incontrolados de brazos, piernas y cuello que tanto lo atormentaban. El funcionario todo confundido por la situación a la que se enfrenta llama a su superior y le cuenta todos los detalles:… y le termina diciendo: "y cuando le pregunto su nombre me responde que se llama "El Zaruro". Del otro lado del auricular le gritan ¡Suelten a ese hombre, que sin duda alguna es el Diablo en persona! Y así Rafael León haciendo zig..zag se monta en su viejo camión con destino a San Francisco, dejando una estela de humo blanco sobre la vía en la noche espesa.
Entre otros oficios Rafael León se ufanaba de ser pescador. En un desafortunado momento una raya clava su infernal defensa en un pie de uno de sus compañeros. De inmediato "El Zaruro" decide trasladarlo a un Hospital de Maracaibo. Los quejidos del herido se escuchaban a mucha distancia y estaban desesperando al protagonista de esta historia. Por ello acelera la marcha de su unidad mientras el tipo sigue gritando y decía: ¡Ay mi madre!, que dolor tan grande, ¡Apurate Zaruro! ¡Por tu viejita, apurate!
De pronto el camión frena estrepitosamente y "El Zaruro" salta encolerizado del volante, toma una tabla podrida llena de clavos, la coloca en la carretera y ante el asombro del herido y de algunos de sus compañeros de impulsa el pie derecho sobre ella ¡Esto es peor que una picada de raya, grita enloquecido! "El Zaruro" estuvo recluido en el Hospitalito seis meses. No le cortaron el pie de casualidad pues los clavos llenos de óxido le habían provocado una severa infección. Lo salvo su fortaleza física.
Rafael León tuvo un hermano llamado Pedro, tan terrible como él pero menos conocido. Nació en el municipio San Francisco y la mayor parte de su vida transcurrió en Santa Bárbara de Zulia. Era temido. Se dice de él que siendo un adolescente le dice a su hermana Juana Rosa que pusiera la mano derecha sobre un tronco. ¿Para qué? debió preguntar la inocente criatura. Ponela y la niña lo hizo. Pedro León, sin piedad le desprendió con un hacha el dedo meñique para usarlo como carnada para pescar.
Los dos hermanos un buen día compran una chalana. En una ocasión se pelean a puño limpio por la propiedad de la pequeña embarcación. Y… finalmente para dirimir la controversia la parten por la mitad…
"El Zaruro" vivió hasta la vejez. Murió en un humilde rancho de la "Cachicambera" en el municipio San Francisco, donde nació. Expiró sólo y olvidado. Sus carnes se fueron desgarrando al pasar los días finales de su agonía. "El Zaruro" ha inspirado infinidad de leyendas que se multiplican al pasar los años y que la gente repite de boca a boca, con mucha picardía, pero a veces con miedo. En la paz del sepulcro los muertos ganaron un líder indoblegable y tenebroso.
UN PASEO EN EL TRANVÍA DE MARACAIBO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Para los maracuchos del siglo XXI, este paseo seria en los modernos tranvías de la Alcaldía, totalmente modernizados estructuralmente, estética y tecnológicamente, con un gran colorido rojo y amarillo, que contrasta con la arquitectura marabina y su adecuación climatológica al especial calor de la Maracaibo Mía, que indudablemente constituye un patrimonio ambiental. Su estación central, está ubicada en la Vereda del Lago, con usos particulares para el recorrido de diversos lugares de la ciudad, que incluyen historia patrimonial, comercial, circuitos ecoturisticos, ruta escolar, monumentos religiosos, navideños y rutas de entretenimientos variados.
Pero para nuestros ancestros, hablar del tranvía los ubica en sus respectivas épocas, cuando el transporte urbano de Maracaibo, se realizaba bajo tres modalidades, el tranvía de sangre con dos carros y 18 bestias, tranvía de vapor y el tranvía eléctrico. Si partimos de los tranvías de vapor tenemos que este servicio lo inicia la Empresa El Cojo, quien inaugura una línea de tranvías de 3,2 kms hacia el camino real de Los Haticos el 5 de octubre de 1884, sus carros fueron construidos inicialmente por la John Stephenson Co., en la ciudad de Nueva York. Posteriormente se apertura en 1886 una línea hacia Santa Lucía o Empedrao y en 1891 se extiende el servicio hasta el camino real de Bella Vista.
El desarrollo tecnológico de la época, nos presenta en 1907 el primer tranvía eléctrico, pero en la ciudad de Caracas. Esto llevó a la empresa del Tranvía de Maracaibo, a sustituir la ruta de los Haticos, con carros impulsados por baterías y comienza a transportar pasajeros en mayo de 1915, constituyendo la Empresa Tranvía Eléctrico de Bella Vista. En junio de 1916 se adquieren cuatros tranvías eléctricos de 8 ruedas y 10 escaños, con la empresa J.G. Brill Co., de Filadelfia. Estos presentaban la particularidad de que la energía era tomada desde un cable aéreo, hoy llamado catenaria, lo cual llevó a la gente a bautizarlo como los verdaderos tranvías eléctricos.
La empresa Tranvías Eléctricos de bella Vista, inaugura la primera línea eléctrica de Maracaibo el 18 de mayo de 1917, ya para 1920 contaba con una mayor flota y mejorada tecnológicamente, es decir solo tenían 4 ruedas y 8 escaños. El desarrollo de Maracaibo llevo a establecer una segunda línea por el Camino Real Costero, que unía a Los Haticos y El Milagro, esto ocurre finalizando el año 1920. En noviembre de 1925, se define un gran circuito entre el camino real Las Delicias y El Paraíso, utilizando cinco carros de ocho escaños, también de J.G. Brill, pero administrada por una nueva compañía de tranvías, llamada Empresa de Tracción y Fuerza Eléctrica. Ya en 1933 se reportaban 36 tranvías eléctricos, con un recorrido de 41 Kms de vías en nuestra ciudad, bajo la responsabilidad de 3 empresas operadoras holandesas, que eran propiedad de un consorcio, sociedad anónima, controlada por Joshua Da Costa Gómez. Como dato curioso este señor tenía muchas propiedades en el sector Paraíso, entre las cuales destaca la Mansión Da Costa Gómez o Palacio Loyola, que actualmente es patrimonial y que la Gobernación del estado Zulia, está en proceso de restauración para ponerla a funcionar con fines culturales, recreativos y sociales. Recordemos que los escenarios culturales se traducen en cohabitación, asuntos comunitarios e identificación ciudadana que contribuye a la formación del sentido de pertenencia e identidad, involucrando aspectos consensuales y compartidos entre individuos.
Resulta obligatorio e impostergable en el paseo que realizamos en los tranvías de otrora, reflexionar sobre la movilidad urbana vehicular actual. La llegada de los automóviles y desarrollo petrolero, sustituyeron a los tranvías en la década de los 30, pero la planificación del transporte público pasó a un segundo plano. El parque automotor de nuestra Maracaibo, es archiobsoleto y deficiente. Se planifico un sistema de metro ligero, con el cual se soluciona el problema y se ordena la ciudad, y a la fecha se ha construido la línea 1 con 6.5 Kms, puesta en operaciones en noviembre 2006, faltando 12 Kms, que definen la línea 2 y 3, a través de Delicias, 5 de Julio y La Limpia hasta la Curva de Molina.
Nuestra Maracaibo 2029, necesita tener su sistema de transporte masivo, es decir el Metro con sus redes de alimentación, para garantizar a las generaciones de relevo, una ciudad humanista, inclusiva y participativa, con la calidad de vida que merecen los maracuchos. Contamos con vos! @funmara500.
SAN FRANCISCO, PIONERO DEL PERIODISMO VECINAL
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Todavía se escuchaba, en todo el país, el eco victorioso que provocó la hazaña del 23 de enero de 1958, cuando en San Francisco se producían importantes cambios que habrían de definir la línea de acción futurista de una población nacida para hacer historia en el ancho ámbito de la región zuliana. La fundación del "Frente Juvenil de San Francisco" conformado por más de trescientos miembros incentivó la participación de muchos talentos jóvenes que, hasta ese momento deambulaban por las calles de este pueblo, en procura del camino que les permitiese alcanzar sus metas. De los aires alegres de la gaita zuliana brotaban hermosas melodías interpretadas por el conjunto "San Francisco" dirigido por padre Vílchez quien desde 1953, fecha en que llegó a este municipio, comenzó a sembrar la simiente de su inmensa obra apostólica.
La construcción del Liceo San Francisco representó una fuente de luz en un ambiente signado por la ignorancia y el atraso. Oleadas de bachilleres y maestros, otrora sin oportunidades de estudio en la ciudad de Maracaibo, fluían de sus aulas de lata como el símbolo más preciado del saber y del progreso de nuestro municipio. El teatro encontró asiento en esta histórica institución. El deporte, en todas sus disciplinas, hallaba campo propicio para su consolidación. Y el pueblo todo se aferró sin dilación a la época de cambios y transformaciones profundas que vislumbraba el porvenir amparado en la obra de gobiernos democráticos que comenzaron a darle sentido a su vida anímica e institucional. Podríamos decir que San Francisco pudo resarcir durante la década de los años sesenta, mucho del daño que le causó el gobierno dictatorial de Pérez Jiménez. Durante esa etapa de oprobio de la Nación, vivíamos adormecidos esperando que del cielo bajasen los mendrugos y los mensajes que habrían de alimentar nuestros estómagos y nuestras conciencias.
El ambiente estimulaba la acción de nuevas acciones culturales. Una de ellas fue el nacimiento del periodismo vecinal. Veníamos de un largo y profundo silencio de la información y del periodismo en general. Era menester recobrar nuestra autoestima y nuestra capacidad para comunicarnos. El Frente Juvenil de San Francisco para cumplir su alta misión social debía poseer algunos medios de comunicación masiva. Por ello funda en los inicios de 1959 el programa radial "Juventud en Marcha", que se transmitía por la emisora católica La Voz de la Fe y el periódico mensual "Lumbre", que en 1962 se transforma en "El Municipal".
El Pbro. Luis Guillermo Vílchez, fundador y presidente de la asociación juvenil a la cual nos hemos referido, nos confió la dirección de "Lumbre" que luego de cumplido su primer año de creado publicó una hermosa revista, en diciembre de 1960. Nacía, sin que nos percatáramos, no sólo un medio informativo y de opinión, sino que además estábamos haciendo historia en el Estado Zulia al alumbrar un nuevo periodismo: el periodismo vecinal o comunitario que tanto bien le ha hecho a los sectores sociales del país, en especial a los más desfavorecidos de bienes materiales.
"Lumbre" Periódico Municipal
Su formato era tabloide grande, se editaba en los viejos talleres del diario católico "La Columna" se publicaba mensualmente y contenía una gran variedad de temas: noticias, reportajes, opinión, sociales y avisos comerciales. Tenemos como referencia histórica dos números: el del 28 de febrero de 1959 y de febrero de 1960 y una ejemplar de la Revista, fechada en San Francisco, de enero de 1960.
En la edición de 1959 aparecen dos textos del padre Luis Guillermo Vílchez, referidos a la carretera de San Francisco al Bajo. Da gusto leerlos: el primero crítico y el segundo esperanzador del "socio": "…ni el recuerdo constante de esta necesidad, ni la misma necesidad en si urgente, ni mucho menos la obligación que tienen los gobernantes de procurar la prosperidad de sus súbditos; fueron motivos suficientes parta hacer ceder esta terquedad injusta de ejecutar el decreto consabido y darle a San Francisco lo que tanto le hace falta: la carretera hasta El Bajo."
Y cuando se concreta la ejecución de dicha obra nos dice el prelado: "Hoy ha resonado de nuevo en la cumbre del montón de esperanzas venezolanas el clarín pregonero de una definitiva realidad; ya era hora de soltar las esposas del sufrido esclavo y darle libertad al prisionero lacerado, y ha sido precisamente el Frente Juvenil de San Francisco que ha recibido la primicia de esta hermosa realidad"
J. J. Soto Matheus en un escrito referido al periódico "Lumbre" nos dice: "perseguimos un ideal: el ideal del progreso. San Francisco no ha tenido nunca un guía que lo haga pensar en grande, pero hoy, en nuestro órgano informativo LUMBRE podemos afirmar que ya este pedazo de tierra tiene quien lo defienda, ya tiene la voz que necesitaba, es la voz de sus hijos. El camino es largo y los tropiezos serán muchos, pero la fe fluye de nuestro pensamiento y reconforta de una manera grandilocuente el letargo de la incomprensión".
Algunos contenidos
Registra que la Junta Directiva del "Frente Juvenil de San Francisco" estuvo conformada por: Pbro. Luis Guillermo Vílchez, presidente; Julio Fernández, primer vicepresidente; Jesús Castro, segundo vicepresidente; Francisco Carruyo, tesorero; Luis Ramón Cano, primer secretario; Leonardo Parra, segundo secretario; Norge Gotera, administrador; y presidente honorario el obispo de Maracaibo, Excmo. Monseñor Dr. José Rafael Pulido Méndez. También aparecen como directivos o asesores Amacilis Gotera, Edecio Camarillo, Jacobo Montero y Jesús Gotera.
Además la historia recoge los nombres de otros jóvenes para ese entonces, que le dieron vida a esa organización: Gumersindo Prieto, Oscar Díaz, Norberto Bracho Bermúdez, Jairo Castro Rodríguez, Celestino Bracho, Euclides Albornoz, Gumersindo Araujo, Manuel Martínez, Leonel Albornoz, Oslasco Bohórquez, José Luis Castellano, Trino Polanco, Agustín Muñoz, Ángel Parra, Ángel Morán, Heberto Urdaneta, Cirilo Vilchez, Abdénago Molero, Adalberto Pirela, Benito Valbuena, José Amílcar Valbuena, Carlos Socorro, Atilio Quintero, Oswaldo Bohórquez, Arcángel Camarillo, Ángel Ciro Bracho, Humberto Marcano, Hugo Vílchez, Jairo Soto, Valerio Díaz, Rafael Zambrano, César Torres, Iván González, Tulio Bohórquez, Emiro Urdaneta y Guillermo Socorro.
En el editorial nos llamó la atención un significativo párrafo: "Vivimos al compás de nuestro pueblo y al compás también de la Nación venezolana. Por eso en los momentos en que la Patria necesite nuestros servicios, estaremos dispuestos a defenderla, pues ella nos ha dado asiento y ha catalogado, hasta ahora, el esfuerzo desarrollado por esta juventud progresista y entusiasta. En otra época hubiera sido imposible la fundación del "Frente Juvenil de San Francisco" y de "Lumbre" pues aunque ellos no se abocan a la ciencia política, se preocupan por la Cultura, y por la educación de su pueblo, y en un período de desmembración republicana no se les hubiese apoyado y, quizás a sus propugnadores se les hubiere encarcelado, vejado y martirizado. Por eso es bueno pensar que esta organización fue una consecuencia del movimiento cívico militar que dio al traste con un régimen corrupto y desenfrenado."
Desde la fecha de esa publicación han transcurrido casi cincuenta años. ¡Cuánta diferencia existe entre esas históricas fotografías y la vista que hoy exhiben los conglomerados representados en ellas! Observamos en otra sección, lo que llamamos los periodistas tradicionales "Una Foto Leyenda" de la construcción del Puente Sobre el Lago de Maracaibo, vista desde la cabecera oeste que dice: "Cual gigantesca mole, arrumada a la orilla se nos presenta en la gráfica el Puente Sobre el Lago: símbolo de la grandeza nacional, apenas lleno de armaduras constituye ya la obra más significativa en la evolución progresista del país. El Zulia se sentirá orgulloso de tenerlo y el Municipio San Francisco ve en él la mejor expresión de su progreso"
Transcurridos dos años de publicados los artículos del Padre Vílchez, en el que el primero critica la ausencia de una carretera que una a San Francisco con El Bajo y en otro alaba su inminente construcción; la revista "Lumbre" capta dos aspectos de ese hecho tan importante para el municipio. En esas fotos aparecen los directivos del Frente Juvenil de San Francisco Julio Fernández y Humberto Castillo y, en el fondo se ve la obra en plena construcción.
Como un reconocimiento al arte musical de San Francisco, la revista LUMBRE hace un merecido reconocimiento a dos de sus más prominentes figuras: Altagracia Vílchez, "La Alondra de Occidente" e Isidro Fuenmayor. De Altagracia dice: "Con su sencillez y su argentina voz ha dado un gran realce a nuestro programa radial "Juventud en Marcha", al Municipio y a todo el Estado Zulia". Y de Isidro expresa: "Luce con su guitarra, como su amiga más querida, el popularísimo Isidro Fuenmayor, natural del caserío San Benito alegra con su arte y con su gracia a la población de San Francisco que lo admira".
Presenta además a noveles periodistas en procura de la noticia y la denuncia oportunas: en el caserío San Luis, El Perú, La Cachicambera, Sierra Maestra, El Manzanillo y otros. Se habla de la deficiencia de los servicios públicos, de la falta de vialidad en la gran mayoría de ellos, la inseguridad, etc. Es un equipo batallador e indomable que convierte al periódico "Lumbre" y a su revista anual en medios insustituibles de desarrollo y de progreso.
LA FAMILIA KOSLOV EN SAN FRANCISCO
(Una historia que se pierde en el tiempo)
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Llegó a esa inhóspita tierra un día de agosto de 1959, cuando el sol proyectaba sus rayos perpendiculares. El viento seco y sofocante remolinaba el largo cabello rubio hasta cubrir su rostro finísimo. Sus manos adolescentes sacudían el copioso sudor que manaba de la piel blanquísima y sus ojos azules se escondían debajo de los párpados sombreados. Vestía un blue jean ajustado, que resaltaba su silueta y una camisa arremangada, que dejaba a la intemperie su angosta y preciosa cintura. Caminaba rauda por una de las carreteras de arena, tan familiares en ese pueblo al que el destino la lanzó en procura de una nueva esperanza. Milenka no estaba sola.
La familia Koslov: Mihail, el padre; Ayshane, la madre; Mishia, la abuela; la infanta Dasha y ella habían llegado, de lejanas comarcas, a ese pueblo atrasado: sin servicios públicos; de suelo árido y somnolientos amaneceres; cubierto de una vegetación xerófitica, en donde la vida, de sus habitantes, cabalgaba a pasos muy lentos. Esto no les importaba porque lo buscado afanosamente, era la libertad negada en su país de origen. Libertad para hablar y reír, para dejar volar, en el abierto cielo, sus alegrías y dolores represados. Y este suelo inhóspito les ofrecía el preciado don, no solo de conocer ese derecho sino de gozarlo en su anchurosa plenitud.
El pueblo de San Francisco significó, para la familia Koslov, la tierra prometida. Qué hubo de ocurrir para que escogieran por morada a este pueblo de naturaleza tan hostil. Esta interrogante se pierde en el misterio insondable de los tiempos. Debió ser duro y difícil el periplo, desde su lugar patrio hasta ese pueblo abandonado; de tantas horas transcurridas, de tantos y apremiantes sufrimientos compartidos.
Qué aspecto tenían los miembros de esta familia: Mihail Koslov era de mediana estatura, tez muy blanca, cabello castaño y modales finos. Su mirada, profunda, traslucía un mundo interior cargado de ambiciones truncas. Su don de gente, amabilidad y gentileza fueron reconocidos por una población reacia a aceptar a los extranjeros. Junto a su familia soñaba alcanzar un mundo mejor. Ayshane, que lo seguía con resignación, encantaba por la hermosura de su cuerpo espigado y facciones, que se agrandaban por la fuerza insinuante de sus azulados ojos. La rizada cabellera jugaba con el viento iracundo.
La abuela Mishia, regordeta y alta, de caminar dificultoso, exteriorizaba los síntomas inequívocos de alguna enfermedad coronaria, y las niñas: la menor Dasha: delgada, con el cabello rubio recogido, mecía su diminuto cuerpo en un sencillo vestido rojo. Y Milenka, radiante, de sonrisa angelical, jugaba con el tiempo, entonando una conocida canción de su país.
A pesar de la pobreza bullía, en sus corazones, el deseo grande de la superación. Dios no abandona a los seres que creen en su divina gracia. De allí que, desde el primer instante, Mihail Koslov consiguió trabajo en la fábrica de Cementos Mara. Su formal apariencia, unida a su educación académica, le ayudó a resolver la difícil situación económica. Rentó una pequeña vivienda, ubicada en el centro del poblado y allí, poco a poco, su familia despertó del letargo en que el tiempo, inmediatamente anterior, los había sumido. La prosperidad reinó en el nuevo recinto. Ahora lo inmediato era inscribir a las niñas en alguna escuela y liceo. Dasha debía cursar el quinto grado y Milenka estaba lista para ingresar a la secundaria. La primera fue inscrita en el Colegio "San Martín Arcángel" y la mayor en el Instituto diocesano San Francisco. Ayshane, diligente y emprendedora, se dedicó al cuidado de la modesta residencia, de su esposo y a la atención de sus hijas y de su madre. El tiempo había despejado, temporalmente, los nubarrones que enrarecieron los comienzos de la estadía en San Francisco.
Dasha era una niña aplicada. Sus maestros y maestras reconocían su esfuerzo por destacarse. Se distinguía por su educación doméstica. Su racionamiento verbal y el matemático eran proverbiales. La afición por la lectura fue afinando su rendimiento. Preocupaba, sí, su delicada delgadez y su apatía por las actividades deportivas. Pero al concluir la educación primaria; los dos años que había pasado en su amado colegio, habían hecho el milagro de aumentar su complexión física y mostrar en ella los primeros encantos de la adolescencia.
Milenka era muy diferente en lo corporal, no así en la afición por los estudios, que la convirtió en una de las alumnas más aventajadas del Liceo. A los quince años, cuando aún cursaba el tercer año del ciclo básico, su cuerpo escultural; los ojos azules brillantes, su boca carnosa y la cabellera rubia, hacían de Milenka, objeto de la mirada atrevida de sus compañeros y de la envidia de sus compañeras de curso. Había algo especial en ella: no se dejaba seducir por los halagos ni alterar por las críticas; era sus estudios la razón de existir. Ocultaba, en el trasfondo de su fuerte personalidad, una gran ansiedad por destacarse, por demostrar cuánto valía. Cuando estudiaba, en esas tardes solitarias, no se percataba que sus desordenados mechones de oro, cubrían sus pupilas inquietas deslizándose, como un manantial, por sus mejillas color de hicaco.
La adorable Mishia, sufría de una severa patología coronaria. El implacable clima de San Antonio aceleró el mal que minaba sus facultades físicas y mentales. Una tarde cayó en cama para no recuperarse. La familia la recordaba viva, plena de vitalidad. De carácter fuerte, amasado al compás del trabajo de campo en la lejana tierra de la Rusia comunista. Su deceso dejó un profundo dolor y un llanto contenido, en aquellos seres acostumbrados a vivir inmersos en un ambiente de hostilidad y de amargura.
Algunos meses después volvió, por sus fueros, la desgracia. Mihail Koslov sufrió un accidente de trabajo muriendo meses después. Sus restos fueron sepultados en el viejo cementerio de San Antonio. La familia quedaba desguarnecida. Todo parecía derrumbarse por la desaparición física de quien había sido buen padre, esposo fiel y ciudadano ejemplar. Con su pérdida la familia quedaba a la deriva. Pero, en las horas de apremio, Dios da fuerzas a quienes suplen las flaquezas de los seres ausentes. Ayshane lo hizo, sin dilación. Sus grandes reservas humanas dieron un paso adelante para enfrentar la adversidad y juró luchar por la supervivencia de sus hijas. Su temperamento sereno no se amilanó ante el infeliz presente. Tuvo en su hija Milenka, el más sólido soporte quien al tiempo de llorar por la irreparable pérdida de su amado padre se enfrentó, con aplomo, a la adversidad.
Ayshane, Milenka y Dasha, a pesar de los esfuerzos no lograron concretar el porvenir deseado en San Antonio; en ese pueblo que años atrás, les procuró mucha fe y expectantes ambiciones. Después de algunos meses perdieron la casa que, Mihail había adquirido, luego de tantos esfuerzos. El Colegio San Martín Arcángel, becó, por algunos meses, a Dasha, pero al final se vio imposibilitado de continuar haciéndolo. Milenka tuvo que retirarse del Liceo diocesano San Francisco en el que sus profesores la admiraban. Los días se hicieron largos. La adversidad hundió en la más absurda pobreza a las sobrevivientes de la familia Koslov. Cuentan amigos y vecinos que una mañana de diciembre, día de la navidad, las vieron abordar uno de los autobuses de San Antonio con destino incierto… tal vez para visitar otro pueblo y recomenzar la lucha tenaz por la libertad.
MONUMENTOS PATRIMONIALES DEL CASCO CENTRAL
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Tal como sabemos, el Decreto Presidencial N° 373 del 09/09/2013, define un área de 404 Ha como de Interés Turístico Nacional, de las cuales 140 Ha, son las que poseen una mayor riqueza de Monumentos Históricos Nacionales, Regionales y Municipales. En primer término hay que destacar que la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, en su Título I, Capítulo I, Artículo 2, establece: "La defensa del Patrimonio Cultural de la República es obligación prioritaria del Estado y de la Ciudadanía. Se declara de utilidad pública e interés social la preservación, defensa y salvaguarda de todas las obras, conjuntos y lugares creados por el hombre o de origen natural, que se encuentren en el territorio de la República, y que por su contenido cultural constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad nacional". Esto incluye los bienes muebles e inmuebles que hayan sido declarados o se declaren monumentos históricos, de cualquier época que sea de interés conservar por su valor histórico, artístico, social o arqueológico, y también los que no hayan sido declarados monumentos nacionales, pero que están en el inventario del Instituto Patrimonio Cultural.
Bajo ese marco legal, analicemos los monumentos patrimoniales que existen en el área de afectación del referido decreto, pero antes es menester conocer el ámbito territorial de las 404 Ha, en la cual se va a centrar el respectivo análisis. Para ello acompáñenme a un recorrido imaginario para conocer esta área, montados en los otroras tranvías eléctricos que existieron en nuestra Maracaibo y que tanto disfrutaron nuestros padres y abuelos. Pues bien vamos a partir de la Av. El Milagro, específicamente frente al edificio de la Biblioteca Pública del Estado María Calcaño, que colinda con la Cañada Macuto que descarga en el Lago de Maracaibo, que es nuestro vértice de arranque, vamos a subir por la calle 86, es decir la famosa Pichincha, y en sentido este-oeste, vamos a pasar por las calles 87 y 88, hasta llegar a la calle 89D, obviamente que interceptamos las Avenidas Bella Vista y Santa Rita, luego pasando por los sectores de las Veritas y Belloso, hasta llegar a la Circunvalación 1, que es la prolongación de la calle 89D, por los fondos de la Clínica Santa Margarita y Universidad José Gregorio Hernández, para tomar la Av. 17 (Los Haticos), por el sector de Santa Rosalía, fondo del Terminal de Pasajeros y llegar nuevamente a las Orillas del Lago de Maracaibo, frente a la Iglesia La Milagrosa, donde esta nuestro vértice de cierre del polígono, que define el Casco Central, como Zona de Interés Turístico Nacional.
En este polígono de 43 vértices nos encontramos con más de 50 monumentos inventariados, de los cuales 12 son Monumentos Nacionales, 1 Regional y 2 Municipales. Así como también 2 sitios de Interés, que son Monumentos Nacionales, como es el caso de Santa Lucia y Calle Carabobo, 2 Monumentos Regionales, que son El Malecón y la Plaza Baralt, cerrando el grupo la Manzana de Urdaneta, alrededor de la Plaza Urdaneta, como Monumento Municipal. Tal como expresamos al inicio excepto el Conjunto Proinfancia y Edificio La Ciega, todos los monumentos con códigos patrimoniales, se encuentran en un rectángulo, formado por la Av. 2 (El Milagro) y Av. 12 (Padre Añez), con la Calle 93 (Padilla) y Calle 100 (La Marina o Libertador), que cubren 140 ha, con una gama de historias y anécdotas de la llamada Maracaibo de Ayer.
Quiero insistir en la importancia del Decreto Presidencial N° 373, ya que nos brinda la oportunidad de retomar el rescate del Casco Urbano de Nuestra Maracaibo, para ponerlo al servicio de los maracuchos, zulianos y venezolanos, como un espacio para el encuentro de nuestra historia y sobre todo para impulsar una nueva cultura de la participación ciudadana en el rescate del Patrimonio Histórico de la Ciudad. Tomando en cuenta las oportunidades que se presentan como activador de valores colectivos y de desarrollo económico. Esto es fundamental en la formación del ciudadano de la Maracaibo 2029, ya que en la medida que rescatemos el Patrimonio Cultural, estaremos haciendo de la Maracaibo Mía, Siempre Mía de Udón Pérez, una ciudad Humanista, Participativa e Inclusiva, con un gran sentido de pertenencia y una verdadera maracuchanidad, que complementa la Zulianidad.
Desde la Fundación Maracaibo 500 (Funmara 500), estaremos de manera permanente y sostenida, siempre invitando, motivando y propiciando la participación de todos los maracuchos en la construcción de la Maracaibo 2029, en el marco de los 500 años de fundada. Recordemos "los hombres construyen las ciudades, pero las ciudades modelan a los hombres". Contamos con vos! @funmara500.
CASCO CENTRAL DE MARACAIBO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Para muchos el Casco Central de Maracaibo, es lo que conocemos como el Centro de Maracaibo, es decir la Plaza Baralt y el Mercado Principal con sus alrededores, sin embargo para las nuevas generaciones es casi desconocido el nombre. Posiblemente lo asocian mas con el mercado las Pulgas y las Playitas, obviamente es un concepto generacional. Pero lo importante es la prolija historia del crecimiento y desarrollo de la ciudad que este espacio urbano existe, materializado en todos los edificios o monumentos históricos que están enclavado en esas 140 Ha de nuestro Municipio.
Desde el 21 Mayo 1975 con el Decreto N° 36, de la Gobernación del Estado Zulia, se declara la Plaza Baralt y sus adyacencias, como Sitio Histórico de la Ciudad de Maracaibo y se ordena su remodelación. Es importante destacar que la Plaza Baralt, fue fundada en 1669. Inicialmente se llamaba Plaza del Convento y desde el 24 Octubre de 1888 se conoce como Plaza Baralt. Su punto central está definido por la intersección de la Av. 6 (Colon) con Calle 97 (Bolívar), en el contexto de la zona urbana de nuestra Maracaibo. A pesar de estar vigente este Decreto, su intervención no se ha realizado. Sin Embargo el 09 de Septiembre 2013, fue publicado en la Gaceta Oficial N° 40.246, el Decreto Presidencial N° 373, donde se establece en el Artículo 1°: Se declara Zona de Interés Turístico Nacional el Casco Central de la Ciudad de Maracaibo, Estado Zulia. El polígono de afectación está definido por 43 vértices, que encierran un área de 403,20 Ha. El artículo 3°, delega la responsabilidad de administración y manejo, del referido decreto al Ministerio del Poder Popular para el Turismo y la Gobernación del Estado Zulia.
Ahora bien, este Decreto Presidencial N° 373 y el Decreto Regional N° 36, constituyen el fundamento legal, para que todos los maracuchos, con el apoyo de los organismos competentes a nivel Municipal, Regional y Nacional, aunemos esfuerzos, para que definitivamente se consolide un proyecto de remodelación, restauración y mantenimiento de la Histórica Plaza Baralt y su entorno. Basado en este Decreto se debe trabajar en dirección de lograr cuatro objetivos generales. En primer término se debe desarrollar el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU), del área considerada, pero destacando la participación ciudadana. Se hace menester la delimitación física de la Zona de Interés Turística Nacional (ZIT), con la utilización de elementos simbólicos, a objeto de internalizar el sentido de pertenencia. Esto debe ser vinculado a los planes de conservación de los Monumentos Patrimoniales de la ZIT, de acuerdo a los lineamientos establecidos por el Instituto de Patrimonio Cultural y Ministerio del Poder Popular para el Turismo. Por último se debe propiciar un equilibrio sostenible entre lo Social, Cultural, Recreativo y Económico, a objeto de generar recursos para ser utilizados en la intervención urbana y mantenimiento de nuestro Casco Central.
Es importante conocer que en las 403 Ha, existen muchos Monumentos Históricos, de carácter Nacional, Regional y Municipal, concentrándose el mayor número en el área definida por la calle 93 (Padilla) hasta la Zona Portuaria, con la Av. 2 (El Milagro) y Av. 15 (Delicias). Este polígono posee un área de 140 Ha, en las cuales tenemos Teatro Baralt, Casa de la Capitulación, Convento de San Francisco de Asís, Catedral de San Pedro y San Pablo, Iglesias Santa Bárbara y San Felipe de Neri, Palacio de Gobierno, Asamblea Legislativa, CAM. Lía Bermúdez (Antiguo Mercado), Basílica Nuestra Señora de Chiquinquira, Museo General Rafael Urdaneta, Hospital de Niños, Edificio la Ciega (Paraninfo de LUZ), entre otros. Todos pletóricos de anécdotas, historia y valores patrimoniales.
La fundación Maracaibo 500 "Funmara 500", está trabajando en pro de la cristalización de este magno y hermoso proyecto de ciudad, que transformaría el Casco Central de la Maracaibo Mía, Siempre Mía de Udón Pérez en un aula interactiva para beneficio de los ciudadanos maracuchos y sobre todo para las generaciones de relevo. Contamos con vos! @funmara500.
EL PARQUE DE LA COROMOTO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Nos remontamos a los años en que amarró a este país, con nudos de hierro, el gobierno de Marcos Pérez Jiménez y, la familia Villasmil Barrios promotores de la idea de proyectar en San Francisco un centro de viviendas de primera, sería una de las más famosas del Zulia de ese entonces. Por iniciativa de esa familia nace la urbanización La Coromoto, una de las más antiguas de la llamada Zona Metropolitana de Maracaibo. Su construcción de amplio sentido futurista, contó desde sus inicios con amplias calles y avenidas, hermosos parques y jardines, una iglesia y grandes espacios para la construcción de escuelas, liceos, universidades y de lujosos centros comerciales. Era, sin duda, el proyecto de un desarrollo habitacional para la clase media alta y alta.
Pero el proyecto, cuando adviene la época democrática en 1958, se quedó a medias. Desde 1950 esta urbanización era motivo de conversación de quienes anhelaban adquirir una buena casa o un amplio terreno. Su espacio era de tal naturaleza que el lindero Norte era Sierra Maestra, el sur el caserío San Benito, por el este las hermosas playas del Lago de Maracaibo y al Oeste la carretera de La Cañada de Urdaneta. Cientos de hectáreas hablaban en el sur de Maracaibo, de otra futura ciudad que se iniciaba en la Plaza de Las Banderas, de amplias vías, de hermosas residencias y espléndidas zonas que permitían llenar de oxígeno los pulmones de los habitantes de esos tiempos.
Al comienzo sólo pequeños espacios de esos terrenos interminables estaban ocupados y la inseguridad se apoderó de sus habitantes, tanto es así que muchas familias vendían baratas sus propiedades, o las abandonaban para emigrar a otros lugares. Sin embargo nada es eterno y al correr el tiempo se ha venido convirtiendo La Coromoto en un extraordinario desarrollo urbanístico. Para que este milagro se produjese jugó un papel decisorio la creación del municipio autónomo San Francisco, el 22 de enero de 1995. Este hecho singular ha reforzado en los ciudadanos del Sur el sentido de pertenencia y su consolidación como ciudad autonómica y en pleno desarrollo en todas las áreas del quehacer humano. El proyecto inicial de la urbanización ha ido cambiando y los espacios destinados a las zonas verdes se han convertido en zonas urbanas o en pisos de asfalto o cemento.
El viejo parque de la Coromoto
Uno de los parques del municipio foráneo San Francisco que con tanta emoción recordamos, es el amplio parque de La Coromoto, ubicado en el espacio que ocupa hoy la sede de la alcaldía de San Francisco, frente a la famosa panadería "El Solar". Daba gusto ir allí. Yo era muy joven para entonces pero paseaba con mis hermanos por sus correrías. Grandes árboles cubrían de sombra vivificante ese lugar. Hermosas veredas, sembradas de piedras, llamaban al visitante.Y una réplica del Lago de Maracaibo ocupaba la zona oeste de ese jardín de ensueños. El tiempo pasó y con él advino la desidia y el abandono del parque de La Coromoto. Como muere un ser humano el emblemático sitio se fue desintegrando, cubriéndose de maleza sus bellos caminos. La delincuencia se adueñó de los tesoros que allí existían ante la mirada indolente de las autoridades y vecinos. No supimos entender que perdíamos un pulmón vegetal de incalculable valor.
El famoso parque de La Coromoto, que llamó la atención de todo un país se transformó en un sitio en donde los borrachos y los fumadores de oficio, junto a los delincuentes hicieron de él su nido. Se convirtió para desgracia de una ciudad que tanto hoy lo necesita, en basura y en prostíbulo…
EL CAMINO REAL COSTERO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Siempre partiendo del Centro de Maracaibo, tenemos que nuestra ciudad en su condición de puerto de cabotaje y transbordo de los productos de la época, entre los cuales destaca el café, la ciudad se fue desarrollando en función de sus cuatros caminos reales, de los cuales ya conocemos Bella Vista, pero fundamentado en el hecho de tener un frente costero en el sentido norte-sur, es evidente que estas características territoriales fueron determinantes, para que sus habitantes se asentaran en una franja contigua a las orillas del Lago de Maracaibo. Precisamente esta se conocía como el Camino Real de los Españoles y posteriormente, como de los Haticos y con ello se produjo la aparición de la Calle Venecia o El Milagro.
El crecimiento de la actividad comercial y poblacional en los alrededores de la Plaza Bolívar y orillas de la bahía maracucha, fue motivando a nuestros coterráneos a crecer en el sentido Nor-este, es decir hacia Bella Vista y Delicias, donde fundaron sus hatos, con la siembra de las hortalizas y árboles frutales para su consumo familiar y comercialización a pequeña escala. Pero el establecimiento de la llamada Venezuela del café, que atrajo a muchos extranjeros entre ellos alemanes y holandeses, quienes fueron construyendo sus viviendas en el sector de Los Haticos o faja costera sur y El Milagro o faja costera norte, en cuyas locaciones podían disfrutar de la belleza natural del otrora Lago de Maracaibo, con sus aguas mágicas y puras. Estas dos fajas costeras fueron ocupadas por pequeños hatos y casas de campo con instalaciones para baños en el lago, donde la clase alta pasaba sus fines de semana y días festivos. Para el año 1870, nuestra Maracaibo presenta un proceso de crecimiento, orientado en el sentido este-oeste y básicamente sobre la franja costera sur.
En un somero recorrido exclusivamente por la avenida Los Haticos, nos encontramos con la IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA, ubicada en la calle 108, que fue inaugurada el 31 Mayo de 1958. Posee elementos de la arquitectura neoclásica como pilastra, arcos y molduras. La fachada principal muestra tres niveles; el interior tiene tres accesos, uno central con arcos y dos laterales separados entre sí por pilastras que suben hasta el segundo nivel que exhibe una ventana. Culmina con el tercer nivel que presenta una ventana con campana delimitada por pequeñas pilastras dobles y la imagen de la advocación mariana La Milagrosa en el borde superior central. Si avanzamos hasta la Calle 111, nos encontramos con un elemento representativo llamada CASA MONTERREY, que es una construcción neocolonial en dos plantas con techos inclinados a dos aguas. La planta es rectangular con acceso principal definido por un amplio porche con arcadas. Constituye una de las edificaciones residenciales de mayor belleza de estilo neoclásico del sector. Diagonal nos encontramos con unos emblemáticos edificios que constituyen la sede de la CERVECERIA REGIONAL. Son instalaciones modernas de uso industrial. Posee todas las áreas requeridas para la producción de cerveza y ocupa una extensión amplia de terreno plano con conexión directa al Lago de Maracaibo. Lamentablemente este corredor vial de uso básicamente industrial y comercial, ha sufrido los rigores económicos de la historia venezolana y sus operaciones han mermado notablemente. Entre ellas destacan la Planta Gustavo Zing, la cual dejo de funcionar desde hace muchos años y en la actualidad sus espacios son ocupados por viviendas construidas sin ningún tipo de planificación y con un crecimiento anárquico. Así mismo las viviendas que conformaban las colonias alemanas, han sido ocupadas, modificadas y destruidas sin ningún tipo de consideración, desde el punto de vista del valor patrimonial que esa zona representa para la historia urbana de Maracaibo.
En la evaluación realizada por la Fundación Maracaibo 500, en cuanto al rescate de esta importante arteria vial, se concluye que aun posee un gran potencial desde el punto de vista de Planificación Urbana, Ambiental y Recreativa. Solo vamos a plantear un proyecto de gran trascendencia social, para las parroquias del sur, se trata de la Vereda del Lago Sur, que estaría ubicada al lado de la Planta la Arriaga de Corpoelec y que se conectaría en un recorrido por lancha, disfrutando de nuestro Lago con la Vereda del Lago en la Avenida El Milagro. Pero también hay otros terrenos que constituyen ventanas al lago, requerida para desarrollar el sentido de pertenencia por nuestro Lago de Maracaibo. Tenemos que trabajar para transformar el antiguo Camino Real de Los Haticos, en el gran Corredor Lacustre de la Maracaibo 2029. Contamos con vos! @funmara500.
EL CAMINO REAL DE RÍO HACHA
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Aunque suene extraño es el Camino Real de Rio Hacha de Maracaibo, que utilizaban los maracuchos para ir a nuestro vecino país Colombia. Con toda seguridad que la ruta era cubierta con mula u otro medio de transporte a través de este camino y pasando por Santa Cruz y San Rafael del Mojan. Pues bien, usted también ha transitado muchísimo por este Camino Real, que posteriormente se convirtió en la avenida Las Delicias. Su nombre fue tomado de la colonia Las Delicias, establecida por la Caribbean Petroleum, casa matriz de la Royal Dutch Shell.
La historia completa, está basada en el crecimiento de Maracaibo entre las décadas de 1910 y 1930. Cuando pasa de puerto de cabotaje y transbordo a una ciudad de comercialización y administración de la industria petrolera. El crecimiento poblacional, producto de la instalación en Maracaibo de las filiales extranjeras y su personal, produjo un cambio en cuanto al modelo de ciudad. Se construye dos zonas residenciales, llamadas campos petroleros e identificados como Colonia Las Delicias y Colonia Bella Vista. Bella Vista fue construida en 1927 y era de uso exclusivo para la alta gerencia de la Caribbean Petroleum, compuesta por 60 casas y la que nos incumbe en este comentario, vale decir Las Delicias a finales de los años 20 e inicio de los 30. Estaba ubicada entre la Av. 5 de Julio, conocida para la época como Calle 14 de Febrero y la Calle de las 40 Casas, hoy Calle 72. El equipamiento urbano de estos campos consideraba, además de las oficinas, una escuela, una iglesia y un hospital (Centro Médico de Occidente).
Sin embargo, el crecimiento de la avenida Delicias, esta signado por la construcción en su eje de 3 cementerios. Recordemos que en la Colonia se acostumbraba utilizar los espacios religiosos para enterrar a sus difuntos. Fue en 1827 cuando el libertador Simón Bolívar derogó la cedula real española y ordenó enterrar los cadáveres en cementerios. En el caso de Maracaibo, se comenzó en 1829 con el Cementerio El Colonial, conocido como Cementerio Viejo ubicado detrás del templo de San Juan de Dios, hoy nuestra Basílica de Chiquinquirá. La historia de los cementerios en Delicias, comienza con el Cementerio de los Extranjeros o Ingleses en 1834, el cual estaba ubicado en el sector Puente España, al fondo de la sede del Diario Panorama, hoy Plaza Centenaria. Era de uso exclusivo de los extranjeros, ya que ellos profesaban otras religiones, como la protestante. Para finales del siglo XIX, específicamente el 12 Noviembre de 1879, se inaugura el Cementerio Privado Nuevo Cementerio y posteriormente llamado El Cuadrado por su particular forma, ubicado en Delicias con Calles 93 y 90. El tercer cementerio sobre el eje Delicias, está en la Calle 76, fue fundado en 1925, con el nombre Cementerio Municipal San José, pero conocido por su ámbito territorial como Cementerio El Redondo, ya que es una parcela circular con suave pendiente de 3 hectáreas. Posee un modulo de servicios, integrados por dos oficinas, una capilla y una galería.
Históricamente hablando de la Avenida Las Delicias, es menester destacar la intersección con la Calle 77 o 5 de Julio, conocido como la esquina del Control, ya que era el punto de chequeo de los buses, que salían hacia el norte o afueras de la ciudad. Inclusive había una redoma con una estatua de Francisco de Miranda, que fue develada en 1952. Antes se había colocado en 1941 una estatua del Poeta Udón Pérez, sobre la avenida 5 de Julio con Bella Vista en la redoma existente. Delicias es una avenida, con uso básicamente comercial, las antiguas viviendas han sido transformadas en locales comerciales y oficinas. Solo quiero destacar tres elementos existentes, de gran importancia e impacto en este corredor que son el Edificio Regional en la intersección de la Calle 77 y los Centros Comerciales Delicias Norte y Delicias Plazas, que fueron proyectos del reconocido arquitecto José Hernández Casa en diferentes épocas, iniciando en los años 60, con el Edificio Regional, sede del conocido City Bank.
En nuestra evaluación bajo una óptica de pensamiento estratégico urbano, la avenida Delicias requiere un toque de cariño y humanización, ya que su equipamiento ambiental es muy deficiente, requerimos transformarla en una verdadera delicia de la Maracaibo 2029. Contamos con vos! @funmara500.
EL CAMINO REAL DE BELLA VISTA
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Como sabemos nuestra Maracaibo nace en el conocido centro, definido por la calle 100 (La Marina), hoy conocida como Av. Libertador y la Calle 93 (Padilla), entre las Av. 2 (El Milagro) y Av. 12 (Padre Añez), frente a la Basílica de la Chiquinquirá. Las actividades comerciales eran en este sector, obviamente en el Puerto de Maracaibo, donde se producían todas las operaciones comerciales de la época. Sin embargo existían las áreas rurales o afueras de la ciudad, a las cuales se viajaba a través de los llamados caminos reales. Existían cuatro, denominados Los Haticos, El Milagro, Bella Vista y Delicias (Camino a Rio Hacha), que definían una débil cuadricula de la futura ciudad.
En función del crecimiento del distrito Maracaibo, para la fecha, estos caminos se fueron consolidando y creciendo desde el punto de vista urbano. En este caso nos vamos a referir a la conocida Avenida Bella Vista. De acuerdo a la nomenclatura municipal, le corresponde la Av. 4, que sale desde la Av. Libertador y llega hasta la intersección con la Av. 2 (El Milagro). Pero hay que destacar un detalle en el centro de Maracaibo, esta avenida se conoce como Calle Obispo Lazo, en honor al Obispo de la Diócesis de Maracaibo (1815-1829), Monseñor Rafael Lasso de la Vega, es a partir de la Calle 93 (Padilla), que los maracuchos hablan de la Av. Bella Vista. Para ello se construyo el Puente Muñoz Tebar (1896), sobre la cañada Lara, que nos enlaza con el otro bloque de 8 calles, que nos lleva a la Calle 85 (Falcón), esto con la aparición del Tranvía.
Precisamente, la historia del Camino Real de Bella Vista, esta signada por el proyecto del tranvía. En ese sentido, debemos reconocer la labor de un empresario de la época, llamado Andrés Espina, quien con su visión y constancia, contribuyó al desarrollo de la Avenida Bella Vista. Esta historia comienza, cuando le niegan al Sr. Espina, un proyecto que tenía como objeto la unión de los distritos Maracaibo y Perijá, con una línea ferrea, motivado a que el financiamiento era muy costoso. Pero logro la aprobación de otro proyecto, de menor envergadura y de contenido local. Esta nueva línea de ferrocarril de ocho kilómetros, era para unir el Centro de Maracaibo, con el Barrio aledaño Bella Vista, ya que en esa zona la municipalidad construiría un nuevo matadero a la orilla del lago.
Una vez firmado el contrato entre el gobierno nacional y la empresa registrada con el nombre de "Tranvía de Bella Vista", se comenzó la construcción de la línea que partía de la Calle Obispo Lazo, hasta el final de El Milagro, donde luego se construyó la actual Plaza del Buen Maestro y un ramal hacia el Mercado Municipal (Hoy Sede Lía Bermúdez), donde se comercializaban la carne beneficiada en el matadero. El líder del grupo de ingenieros y técnicos de la obra, era el Ingeniero Hermócrates Parra (Presidente Fundador del Centro de Ingeniero del Estado Zulia 1940). En el contrato se estipulaba, entre otras cosas una franja de cien metros a ambos lados de la vía, quedándole al Gobierno una franja similar intermedia. Sin duda, que esto marcaba el inicio del desarrollo de nuestra Avenida Bella Vista. La compañía vendía los terrenos a precios bajos y en muchos casos los donaba, para promover la construcción de viviendas y el desarrollo urbano.
Aunado al proceso de desarrollo de esta arteria vial, producto de la aparición del Tranvía, existía también un sector en las sabanas vecinas, que llevaba el nombre de La Hoyada porque allí se excavaban pozos profundos en cuyos fondos brotaba agua dulce, apta para beber y que muchas personas aprovecharon el negocio de la venta detallada por latas, al precio de cinco céntimos de bolívar (un cobrito) cada una. Estas latas eran distribuidas en la ciudad en burros y carretas tiradas por mulas. El negocio fue tan lucrativo que los dueños de los pozos, lograron negociar con la compañía del ferrocarril, la importación de un vagón cisterna, para llevar a la Maracaibo del casco urbano agua para su venta. En este mismo sector de La Hoyada el Gobierno del General Antonio Guzmán Blanco construyó el primer acueducto de la ciudad. Para ello se perforo una profunda hoya, hasta llegar al acuífero y montaron la estructura de tuberías y bombas para impulsarla hasta la ciudad. Finalmente producto de la extracción, comenzó a emanar agua salobre, solo utilizable para el servicio de jardines y uso de limpieza. Nos quedó para la historia la famosa Fuente de Soda La Hoyada, con sus poderosos sándwich y un gran pozo, que podemos ver actualmente en la cancha del Colegio la Merced, en Bella Vista.
Partiendo de esa iniciativa del Tranvía, comenzó el desarrollo de Plazas, Iglesias, Edificios Comerciales y Residenciales, que hoy destacan en Bella Vista. Se requiere con nuestra visión y pensamiento estratégico urbano, darle unos toques modernos para transformarla en la Avenida Bella Vista de la Maracaibo 2029. Contamos con vos! @funmara500.
AMÉRICO NEGRETTE Y LA COREA DE HUNTINGTON EN SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Poseía la curiosidad y sencillez del sabio, la lírica expresión del poeta, el dominio del idioma que le facilitó escribir amenas crónicas familiares, polémicos artículos de opinión, reveladores informes científicos y densos libros. Se caracterizó además, por la controversial actitud del hombre crítico que lo condujo a oponerse tenazmente a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Su nombre: Geramel Enrique Negrette, conocido como Américo Negrette.
Su obra imaginativa la recoge en sus poemarios "Vestigios" y "Pasos", escritos entre 1950 y 1951; sus conocimientos sobre sociología rural se demuestran en su libro "Palmarejo" de 1952; su preocupación por San Francisco y el Mal de San Vito se evidencia en la monografía "La Corea de Huntington" de 1958; las vivencias de su precoz niñez quedaron estampadas en sus relatos "Tiempos de Arena y Cujíes", de 1977; en 1986 escribe "Prosas Cortas" y ya en los años finales publica dos obras: la primera habla de la sublime vejez: "Otoño en Maracaibo" y finalmente "Amor de Otoño" en la que plasmó, con extrema sencillez y acopio de finas figuras literarias, su sentimiento amoroso.
En el reciente libro "Rostros de Mi Pueblo Cañadero", del conocido periodista José Finol Linares, se recogen datos, hasta ahora desconocidos de este médico nacido en La Concepción del Municipio La Cañada de Urdaneta el 12 de diciembre de 1924. Según este trabajo la madre de Américo Negrette fue Luisa Elena Negrette y su padre biológico fue un andino que huyó de La Cañada temeroso de que lo asesinaran por haberse metido en "líos de faldas". Américo no lo conoció. Estudió educación primaria en el Colegio "Simón Bolívar" bajo la dirección del maestro Sixto Acurero Ponte.
Fue alumno de Toribio Urdaneta, de quien aprendió el uso correcto de la gramática. Se graduó de bachiller en el Liceo "Rafael María Baralt", cuando aún estaba dirigido por el intelectual zuliano Jesús Enrique Lossada. Cursó los rimeros años de médico cirujano en la Universidad de los Andes y los culminó en la Universidad Central de Venezuela. Este profesional de la medicina dejó huellas muy profundas en San Francisco, a partir del año 1957 hasta comienzos de la década de los años sesenta, cuando se retira como médico rural para ingresar como asistente del titular de la Cátedra de Neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad del Zulia y fue contertulio del eminente Humberto Fernández Morán.
Lo conocimos recién llegado de Palmarejo, pequeño poblado de la Costa Oriental del Lago. Pleno de juventud y entusiasmo. Con grandes deseos de cultivarse en la noble praxis de la ciencia médica, arribó al corazón del histórico pueblo que hoy se conoce como Parroquia San Francisco. Por instrucciones de las autoridades sanitarias de la época se alojó y atendió a los pacientes, en dos casas en las que funcionaba la antiquísima Medicatura rural, que aún están de pie, en la avenida principal. Américo Negrette era de una personalidad carismática, bajo de estatura, delgado, nariz aguileña y con un bigote a medio andar. Vestía por lo regular de guayabera.
Era inquieto y comunicativo. Su conversación franca y sin ambages dejaba al descubierto a un hombre desprendido, entregado de lleno a su profesión. Se trataba un ser humano que no dejaba traslucir prejuicios de ninguna naturaleza. Desde el principio se interesó por conocer la idiosincrasia del pueblo de San Francisco, las costumbres y hábitos de sus habitantes y, sobre todo, la situación de los enfermos del Mal de San Vito y sus familias. Para quienes en esa época hacíamos vida activa en este pueblo, tuvimos desde un comienzo, la sensación de que a San Francisco había llegado un líder. Una persona necesaria. Un médico incuestionable. Un hombre desinteresado.
El tiempo nos dio la razón. Américo Negrette se apasionó por la investigación de la Corea de Huntington. Se preocupó por la presencia de este mal y su propagación sin que hubiese el interés mayúsculo de las autoridades sanitarias del Zulia y de Venezuela por ayudarlo. "Su trabajo en San Francisco, como lo afirma el periodista Finol Linares, desató polémicas con los funcionarios de la Unidad Sanitaria de Maracaibo y de Caracas hasta que prevaleció la verdad a la luz de las investigaciones que determinaron que la Corea de Huntington es una enfermedad hereditaria desconocida en Venezuela".
El médico Negrette escribió una copiosa monografía sobre esa enfermedad, en 1958: informe meticuloso que constituyó un grito de alerta. Con datos irrebatibles, experiencias, fotografías, amén de testimonios de enfermos y familiares, demostró la gravedad del problema y la necesidad de que el Estado venezolano y las fuerzas vivas del Zulia se percataran de sus secuelas y de la necesidad de atenderla sin ningún tipo de dilaciones. Este trabajo, producto de muchas horas de vigilia y de trabajo meticuloso, señaló el inicio de una labor que ha sido continuada por eminentes especialistas pero que aún sigue sin resolverse.
Los años pasaron y el doctor Negrette se incorporó a la Universidad del Zulia, en la que además de ser un destacado docente, fundó el "Instituto de Investigaciones Clínicas" que honrosamente lleva su nombre. Fallecido hace algunos años su obra ha pasado a engrosar la historia científica del Zulia.
MA' VIEJA ERA UN PULMÓN VERDE
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Desde que el reloj de mi vida marcó los catorce años de edad jugueteaba por un monte espeso, intrincado y hermoso que colindaba con el barrio San Ramón del hoy municipio San Francisco, en donde vivía en una casa muy modesta con mis padres y hermanos. Papá trabajaba en su pequeña bodega ubicada en el sector San Benito, conocido como "La Cachicambera" y yo debía, para llevarle su almuerzo, atravesar ese conjunto armonioso de árboles: cujíes, dividivis y pencas, propiedad de un señor alto y fornido de apellido Rivera; él y su esposa, una mujer muy hermosa mucho más joven que él, todos los fines de semana caminaban sus predios deleitándose con el rico frescor de sus enredaderas que colgaban de los gigantescos arbustos.
Se trataba de un terreno muy extenso, tan grande era que permitía que allí se construyeran los llamados estadios a cielo abierto en los que los futuros jugadores de béisbol derrocharan sus desbordantes energías. En estos parques improvisados jugaban algunos equipos profesionales, entre ellos uno del Padre Vílchez, llamado "Los Váquiros". En esa época San Francisco era muy sano, un pueblo noble que hacía gala de los dones que lo dotó la naturaleza como sus playas y montes, como éste conocido como "Los Montes de Rivera". Aquello era un parque digno de las mejores ciudades del mundo, belleza y don de la vida que no supimos aprovechar en beneficio de la salud de los habitantes de esta tierra tan pujante.
En Venezuela el populismo y la politiquería siempre han hecho de las suyas cuando se trata de alcanzar el poder a toda costa, sin miramientos de ninguna naturaleza. A unos "vivos", olvidando que el ser humano necesita de las zonas verdes para la recreación y llenar sus pulmones de oxígeno; a espaldas de las autoridades de esa época que nada hicieron para evitarlo, incitaron y exacerbaron el ánimo de la gente humilde para que invadiera aquella belleza natural que Dios nos había regalado. Cientos de árboles cayeron bajo la fuerza bruta del hombre sin corazón. Máquinas enormes, palas, machetes y cualquier otra herramienta fueron utilizadas para derrumbar lo que había sido una bendición de la naturaleza.
Buena parte de personas pasaban las noches y los días en esa zona, marcando sus parcelas, construyendo cercas improvisadas y ranchos de lata y madera. Se despojó sin que se hiciese justicia de su propiedad al matrimonio Rivera. Y en un abrir y cerrar de ojos lo que había sido un dechado de belleza física se transformó en una invasión que abrumaba y arrugaba el corazón.
Yo que pasaba mis días juveniles llenos de vida y esperanza en los montes de Rivera, me encuentro de pronto con una soledad que aún está impresa en mi memoria. Con el correr del tiempo los primeros invasores vendieron a otros que fueron mejorando el rostro de ese barrio tan popular hoy día. Los "vivos" aprovechándose de la popularidad del padre Vílchez, le pusieron el nombre de su mamá al barrio naciente: MA' VIEJA y así se ha quedado para los anales de la historia.
LA CARRETERA VIEJA DE SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
En la década de 1950 el rostro del municipio San Francisco era muy diferente al actual. Existía una sola carretera pavimentada, paralela a la playa y el transporte más popular eran buses de madera que, saliendo del centro de la histórica parroquia San Francisco, cruzaban con su monótono rodar la angosta y peligrosa vía. Los altos y vistosos cocoteros, marcaban como postes de alumbrado, el pesado transitar y sonreían al paso de las huellas polvorientas que levantaban al cielo los buses de madera. Eran tan densos estos sofocantes levantiscos que envolvían a transeúntes y pasajeros entre rayos luminosos, al tejerse frente a ellos un tupido y envolvente velo: de sol, velocidad y ambiente agreste.
Ángel y su hermano a quienes llamaban "los gatos" vivían en la "Cachicambera", hoy barrio San Benito. Tenían ante sí la enorme responsabilidad de conducir aquellas unidades que el tiempo ha convertido en impactantes leyendas. Mis hermanos Nectario y Matilde y yo, nos montábamos en los buses de madera en el tramo principal, frente a las dos antiguas casas, que sirvieron de dispensario y hogar a los escasos y sacrificados galenos de esa época irrepetible. Antes debíamos caminar una trilla larga, muy larga, de arena seca y dura, porque vivíamos en el llamado barrio San Ramón al que mucha gente tildaba de "pueblo quieto", por la tranquilidad y la paz que allí se respiraba.
Los diestros choferes de aquellas unidades de pasajeros, iban atentos mirando los bordes del camino para no incrustarse en el Lago, que estaba allí cerquita, mientras nosotros, muchachos montunos que los maracuchos llamaban "cebolleros", nos agarrábamos de los asientos, para observar a través de los reducidos ventanales, a los marullos que se adormecían a medida que se acercaban a las limpias y bellas playas.
Contadas casas existían en el trayecto entre los galpones del "Viejo Reyes", dueño de los autobuses de madera y lo que es hoy la Plaza de Las Banderas. La más antigua y popular fue el "Jardín Josefina", un vivero de extraordinaria belleza, que parecía saludarnos al paso infinito de las recordadas unidades en una de las cuales escribí, con un cuchillo muy pequeño, nuestros nombres. Fueron en verdad travesuras, convertidas en una historia hermosa y fecunda de sesenta y cinco años que jamás olvido.
Jesús María Zuleta
SACERDOTE Y GUERRERO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Jesús María Zuleta nació el 16 de agosto de 1860, en plena Guerra Federal. Cuando estudiaba primaria aprendía, simultáneamente, por su cuenta, Balística y Técnica militar. Admiraba profundamente a su tío, el General Antonio Zuleta, y en las batallas de Soler y de Perijá ya con el grado de capitán, se le ve pelear como un soldado ducho, aunque solamente había cumplido 14 años de edad.
Al pasar algunos años se le planteó a Jesús María un dilema: seguir en la carrera de las armas en una Venezuela azotada por el caudillismo o darle rienda suelta a su vocación sacerdotal. Optó por lo segundo. Comienza estudiando Filosofía en el antiguo Colegio Federal y, posteriormente lo reciben en el Seminario Tridentino de Maracaibo, clausurado por decreto de Guzmán Blanco en 1872. En esta ciudad se ordena Presbítero Bachiller y el primero de febrero de 1885 oficia su primera misa.
Posteriormente fue nombrado cura párroco de Rubio, en el Estado Táchira. Si bien en la tierra del Torbes ejerció el sacerdocio de manera ejemplar, no perdía oportunidad de reunirse con la clase política, especialmente con la gente revolucionaria que lideraba Carlos Rangel Garbiras, a quien por cierto salvó de un atentado.
Retorna al Zulia a ejercer su misión pastoral en Los Puertos de Altagracia. Sin embargo decidió sumarse a las tropas que adversaban al Presidente de Venezuela, Raimundo Andueza Palacio, ejerciendo como General de Brigada a favor de Joaquín Crespo. El crucifijo se quedó en la iglesia. Acantonado en Perijá, emprende su campaña con esta proclama: ¡Conciudadanos! ¡Ya sabéis que el insolente mandarín de Caracas, rodeado de unos cuantos beodos sin conciencia ni corazón ha pretendido estrangular, con mano criminal, las sagradas instituciones de nuestra Patria!
Cuando al Zulia llegaron los rumores del intento de "continuismo" del Presidente Andueza Palacio, surgió inmediatamente la protesta en muchos de sus distritos, fue famosa la del Pbro. General de Brigada Jesús María Zuleta quien llegó a ser nombrado por Crespo Jefe de Operaciones en el Zulia y luego lo ascendió a General de División.
Como se ve fue apasionante la historia del Padre Zuleta. ¿Cuándo estuvo en San Francisco? Registra la historia que luego de su agitada carrera militar se refugió en la dignidad del sacerdocio. Concretamente en la Curia de San Francisco. En la época en que estuvo en esa población su vida estuvo signada por la tranquilidad y el desasosiego. Se entregó de lleno a su magisterio con devoción y fue guía espiritual del pueblo de San Francisco, desde la antigua iglesia de este Municipio, hoy convertida en Basílica Menor.
El Padre Zuleta era de temperamento ardoroso e intranquilo. El final de su vida, según refieren la mayoría de los historiadores y descendientes del famoso prelado, lo pasó en su casa, hoy inexistente, ubicada al lado de PDVSA, en el Caserío San Benito. Su entierro fue un acontecimiento luctuoso muy recordado
ANTONIO AGUILAR (TONY), CANTÓ EN VIVO EN SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Cuando yo era un adolescente amaba tanto el cine como lo amo ahora. La diferencia está en que en mis años juveniles las películas, casi todas mexicanas, eran en blanco y negro y ahora son a full color. Corrían los años de la segunda mitad de la década de 1950 y la primera del 60. La gente se aglomeraba los fines de semana en lo que llamábamos "La Bodega". Era la esquina más famosa del San Francisco viejo, el de Evilacio León y del maestro Jacobo Montero. Enfrente estaba y está viva todavía la "Refresquería Petit". Al lado de ésta funcionaba la "Funeraria de Filiberto Soto", quien fue el primer Prefecto de la democracia, a la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Detrás de ese lugar estuvo uno de los primeros cines de este municipio. Era una edificación improvisada: las paredes eran de lata entramada y el techo parecía caerse. Colocaban una pantalla gigante y el proyector de cine, que si mal no recuerdo lo manejó bastante tiempo uno de los tipos más populares de San Francisco: Euclides Albornoz. El dueño de la bodega se llamaba Edecio Socorro, un hombre blanco, chiquito, pero lo que tenía de estatura lo ganaba en iniciativa e inteligencia; la gente decía que tenía la república por dentro, porque era vivo y audaz. En su renombrada bodega que daba a la calle, se vendía de todo: desde un clavo hasta una "guayacolita", como decía el famoso gaitero Astolfo Romero.
Algunos años después cuando el Municipio San Francisco comenzó a progresar, se levantaron dos cines de primera; se trataban de hermosas edificaciones que tenían butacas al estilo de las salas modernas. Eran los cines "San Francisco" y el "Rex". El primero estaba ubicado entre la Iglesia del Padre Vílchez y lo que es hoy el Liceo San Francisco, también del difunto "Socio". Este edificio está muy deteriorado convertido en un taller mecánico y al lado funciona la ebanistería de Onésimo Bohórquez. El cine "Rex" mantiene parte de su estructura y está situado detrás de la venta de los pescadores, en la avenida principal, pero también se haya abandonado.
En ese tiempo llega de gira a Venezuela el cantante y actor mexicano, Antonio "Tony" Aguilar. Los dueños del cine San Francisco lo contratan en Caracas para que actúe en este pueblo. La gente al percatarse de la noticia se alborotó de tal manera, que en un día se agotaron todas las entradas. Aquello constituyó una verdadera fiesta: las muchachas de entonces, atractivas y coquetas, escogieron sus mejores galas. Estaba de moda la minifalda. ¡Cómo sería eso! Dice la gente que hubo varios divorcios de maridos celosos, porque las señoras querían ver y tocar al famoso actor Antonio "Tony" Aguilar: alto, joven y buenmozo. Yo solamente miraba aquello entre asombrado y contento.
Los responsables del espectáculo colocaron bambalinas por la calle principal, y las polvorientas del pueblo tiraban papelillos y bombas, para anunciar la llegada del cantante de rancheras más famoso de ese momento. Eran las ocho de la noche de un día de 1956, cuando una multitud arranca desde la Plaza Urdaneta siguiendo alborozada el hermoso caballo blanco, muy grande y de silla de oro, en el que venía ufano y saludando, con el vistoso sombrero, el famoso invitado… Se abren las puertas del cine, cae mucha gente pobre y otras encopetadas al mismísimo suelo. Antonio Aguilar, cantando, seguido de un mariachi de verdad, sube a un escenario que por tan grato motivo fue colocado frente a la pantalla gigante. Aquello fue algo espectacular. El actor cantaba encima de aquel animal de tanto linaje. La gente, entonces, lo obligó a bajarse, el actor enrojecido y sudado lanzaba besos y recibía flores y pañuelos. Antonio "Tony" Aguilar cantó sus mejores rancheras mientras la gente lo aclamaba con el entusiasmo propio de un pueblo, que por primera vez, contemplaba un espectáculo de tal naturaleza. Al actor lo sacó la policía por detrás del escenario…
UN MONUMENTO PARA EL SALADILLO
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
Aún por el oeste de la ciudad, recuerdo que el sábado 25, es el último del mes de octubre, en consecuencia, de acuerdo a una tradición originaria de Andalucía, se viene realizando desde el siglo XVIII, la bajada de nuestra Virgen Chinita. Es la manifestación de devoción del pueblo zuliano para Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, que a través de los años ha ido tomando mayor sentido de fe y pertenencia, lo cual tiene varias etapas, signadas por la elaboración de su corona y sus capas. Para entender la efusividad y el fervor del pueblo zuliano en ese acto, hay que vivirlo y sentir, la conexión divina. De tal manera que ya estoy llegando a la Basílica para ver los preparativos de tan significativo evento.
Parado frente a la iglesia, me pongo a evocar, que estoy en la parroquia Chiquinquira, precisamente en el corazón de lo que fue el barrio El Saladillo. Este barrio tradicional y emblemático, para los maracuchos, nació y creció alrededor de la ermita de San Juan de Dios, construido por el Capitán Juan de Andrade, en el siglo XVII. Lamentablemente hoy este barrio, es sólo gaita, ya que con una visión de renovación urbana y un proyecto del Banco Obrero hoy Inavi, de convertirla en una gran urbanización El Saladillo, con 3.500 viviendas, se comenzó su demolición el viernes 20 de marzo de 1970, con la visita del presidente Rafael Caldera, quien presidió el acto, con el primer piquetazo. Ese mismo día inauguró la avenida Sabaneta y al día siguiente La Limpia. Obviamente que fue un duro golpe para el urbanismo patrimonial de los maracuchos, ya que el proyecto del ente ejecutor, llamado Centro Libertador, nunca se cristalizó.
Conversando en una banqueta de la Plazoleta de la Chinita y disfrutando un agua de coco, el coterráneo me comentaba sobre el calor zuliano que se vivía en el barrio El Saladillo, a pesar de la mala fama que agarró en las primeras décadas del siglo XX, a causa de unas pandillas de guapetones que llegaron al sector. Pero el recuerda sus andanzas y hasta las novias que tenía en el ámbito territorial del barrio, que comprende desde la calle Ayacucho (Av. 11), por el este y la Av. 15 Delicias por el oeste. En el sentido norte-sur, están la calle Pacheco (92) y la calle La Marina (100), hoy llamada Av. Libertador respectivamente. Cubrían 50 hectáreas, ocupadas por 15 mil habitantes en 1.900 inmuebles, distribuidos en 59 manzanas.
En cuanto a su arquitectura, se caracteriza por los colores vivos de las viejas casas, que lucían altos portones y ventanales, bahareques y sus techos de tejas rojas, con sus respectivas gárgolas. Existe una prolija lista de sitios típicos y calles con nombres muy populares. Entre ellas podemos nombrar El Callejón de la Gaveta, Puerto Arturo, La Caramelera, La Voc, La Mala Ley, Fuego Vivo, La Perdición, los Biombos y Pascualito, entre otras. En cuanto al inventario de negocios, abastos y bodegas, para la última década del siglo XIX en El Saladillo, existían 7 almacenes, 8 bodegas, 62 pulperías, 3 tiendas, 6 boticas, 4 panaderías, alfarería, aserraderos, 16 carpinterías, 5 zapaterías, 4 sastrerías, 10 herrerías, fábrica de fideos y dejemos de contar, en conclusión toda una mini urbe de la época.
Es evidente que la ermita de San Juan de Dios, que marcó el inicio de la Basílica menor de la Virgen de Chiquinquira, conjuntamente con el hospital Chiquinquira y la Plaza de San Juan de Dios, fueron los elementos urbanos determinantes para el desarrollo de nuestro histórico barrio.
No obstante, El Saladillo, no puede sólo estar en la gaita, se requiere que las nuevas generaciones lo recuerden y lo identifiquen para su proyección a futuro. Por esa razón la Fundación Maracaibo 500 "Funmara 500", está planteando un Monumento para El Saladillo. Aprovechando la obra inconclusa del Distribuidor de la Circunvalación 1 (Calle 89D) con Las Delicias (Av. 15), podemos construir un monumento definido por 4 fachadas de casas de El Saladillo y su respectivo jardín, en esa emblemática intersección, que marca la puerta de entrada al barrio El Saladillo. Lo estamos sometiendo a consideración de los organismos competentes para su evaluación ¡Contamos con vos!
"LOS SUCIOS"
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
Hace aproximadamente cincuenta años, llegaron a San Francisco dos hermanos italianos. Debieron pertenecer a una oleada de inmigrantes con muy baja instrucción. Ubicaron su pequeño negocio de vender arepas, de las que hoy llaman "tumbaranchos" al lado de la prefectura vieja, la que hoy se llama intendencia. A la gente de esa época muy poco dada a comer en la calle, le llamó la atención la suculenta calidad del producto que los dos italianos gordos vendían. Cada noche, incluso los domingos, el mísero tarantín se llenaba de sanfranciscanos y turistas.
Como hablaban tan extraño, los clientes ni se molestaban en preguntarles sus nombres. Cuando eso ocurre los pueblos buscan un nominativo adecuado y recurrieron al peyorativo de "Los Sucios". Vivían hacinados al fondo de su negocio, vestían camisa y pantalón de un kaki negruzco, arrugado e ignorantes de la lavandería; el sitio siempre se hallaba descuidado. Eran gruesos, pelados al rape y de mirada furtiva. Tampoco eran comunicativos. Pero sus arepas no fueron capaces de mirar aquello porque se vendían de verdad. Así como los comensales mañaneros de hoy devoran las empanadas, los pastelitos y las mandocas maracuchas, los noctámbulos de San Francisco entre 1955 y 1980 devoraban los sabrosos "tumbaranchos" de Los Sucios.
La historia jamás se detiene, los años transcurrieron y Los Sucios, por su trabajo y esfuerzo, dignos de ser narrados, se hicieron de una pequeña fortuna y compraron la casa contigua a su pequeña venta de arepas. Cuando estaban por mudarse a su nuevo local, el mayor de ellos se fue enfermo para Italia. Su maleta debió estar repleta de bolívares para aquella época muy codiciados. El italiano gordo que tan popular se hizo en este pueblo jamás regresó. La muerte se le cruzó en el camino. Su hermano menor que a duras penas se ocupaba de elaborar y vender "los tumbaranchos", entristeció y se fue también. Falleció igualmente en su lar de origen. Nadie vino a reclamar lo que dejaron. La casa que con tanto amor compraron regresó a su antigua dueña.
La historia de estos dos hombres está escrita en el municipio San Francisco para siempre por más que sus cuerpos yacen en la tierra de sus mayores. Los italianos fueron en mi opinión los inmigrantes que más amor, trabajo y gratitud entregaron a este país. Los anales históricos los recogen con el remoquete de "Los Sucios" pero sus famosas arepas jamás serán olvidadas para las generaciones de esos años inolvidables.
LA GAITA DE BOLÍVAR
Por Francisco J. Urbina Nava - @funmara500
El nombre de este artículo: La gaita de Bolívar, tiene una connotación muy trascendental, ya que en nuestro periplo parroquial fuimos a parar en el Centro de Artes Lía Bermúdez, donde en el marco de la celebración 305 de la Renovación Milagrosa de la Chinita, se realizó la sesión de la Asamblea Nacional para un reconocimiento histórico para la gaita zuliana.
Esto quedó plasmado en la Gaceta Oficial N° 40.542 del 17 noviembre 2014, donde se expresa: ASAMBLEA NACIONAL "Acuerdo de proclamación y exaltación de la Gaita Tradicional Venezolana y su Diversidad como bien patrimonial de interés cultural y artístico de la nación". Esto representa una herencia musical para los niños y jóvenes gaiteros, así como también un orgullo para todos los zulianos. En este momento la gaita, legalmente no es sólo patrimonio de los nacidos en la tierra de Rafael Urdaneta, sino que pertenece a todos los hijos de la patria de Simón Bolívar.
Otro aspecto resaltante es la localización del evento, el cual también posee un valor histórico, como patrimonio nacional y municipal, nos estamos refiriendo al otrora Mercado de Maracaibo, construido en 1928, con una estructura de hierra traída desde Londres y ensamblada por el ingeniero belga León Hoet, que luego fue intervenido en 1972 para transformarlo y adecuarlo como Centro de Cultura Popular, para que finalmente en la década de los años 80, diera paso al actual Centro de Artes de Maracaibo Lía Bermúdez. Pero el hecho histórico no se queda allí, ya que estamos en la parroquia Bolívar, la cual honra con su nombre a nuestro Libertador Simón Bolívar, quien en los años 1821 y 1826, estuvo en la ciudad en sendas visitas históricas.
Ahora bien, esta parroquia posee el espacio que ocupaba la antigua Maracaibo y que nosotros conocemos como El Centro. Sus calles y avenidas que van desde el norte, donde colinda con la parroquia Olegario Villalobos, delimitada por la Av. 5 de Julio, hasta el sur y este con el Lago de Maracaibo, poseen múltiples edificios y casas patrimoniales, que compiten, con cualquier ciudad europea por su valor histórico y arquitectónico. También limita por el este y oeste con las parroquias Santa Lucia y Chiquinquirá respectivamente. Su forma de rectángulo irregular, tiene un área de 3 km2, que lo define como la parroquia más pequeña de nuestro municipio. Según el censo 2011, viven 29.491 habitantes, para una densidad poblacional de 9.380 hab/km2. Volviendo al aspecto patrimonial, sólo por nombrar algunos, tenemos el Hospital Central Dr. Urquinaona, Catedral de Maracaibo, Iglesia Santa Bárbara, Templo San Francisco o Convento, Casa de la Capitulación, Palacio de los Cóndores, Teatro Baralt, Plaza Bolívar, Plaza Baralt, Edificio Botica Nueva, Mc Gregor y hotel Victoria.
Desde el punto de vista de infraestructura, cuenta con todos los servicios públicos. Más de 25 instituciones públicas y privadas, en todos los niveles del área educativa. 8 instituciones medico-sanitarias. Sectores turísticos entre los que destaca la zona residencial más antigua de Maracaibo, la famosísima Calle Carabobo (94), con sus variadas casas marabinas de colores intensos y puntos o lugares de artesanía y comidas zulianas. Presenta la particularidad de ser asiento de los poderes públicos, económicos y gubernamentales. Alcaldía de Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia, Cámara Municipal, Consejo Legislativo y Banco Central. Sus barrios y sectores, poseen una gran tradición como son: Belloso, Las Veritas, Santa Bárbara, San José, La Consolación, La Ciega y sector Bolívar.
Su potencial turístico quedó claramente definido con el reciente decreto presidencial N° 373 del 9 de septiembre de 2013, que declara Zona de Interés Turística Nacional el Casco Central de Maracaibo, que cubre un 60% del ámbito territorial de esta joya patrimonial. Dentro de los planes de construcción de la Maracaibo 2029, se debe establecer una ruta cultural y turística de las parroquias Bolívar y Santa Lucia. Inclusive se debería establecer en los programas educativos a nivel de primaria y secundaria, las visitas guiadas y obligatorias a todos estos monumentos patrimoniales. Con seguridad que llegaremos a la Maracaibo 2029, con maracuchos enamorados de su Maracaibo Mía, Siempre Mía ¡Contamos con Vos!
JESÚS ENRIQUE LOSSADA Y SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
El sabio Lossada perteneció a esa pléyade de zulianos ilustres que cubrieron con su saber y obra gigantesca la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX. Junto a Francisco Ochoa, Eduardo López Rivas, Udón Pérez, Sisoes Finol, José Ramón Yepes, Manuel Dagnino, Apálico Sánchez, Jesús María Portillo, Francisco Eugenio Bustamante y Octavio Hernández trabajó y supo de las enseñanzas en el Colegio Nacional de Maracaibo, fundado en 1837, que luego el 11 de septiembre de 1891 se transformó en la muy ilustre Universidad del Zulia, siendo su primer rector el primero de los nombrados. La Universidad del Zulia fue clausurada en 1904 por Cipriano Castro y su ministro de educación, Eduardo Blanco, autor del famoso libro "Venezuela Heroica".
El primero de octubre de 1946 Jesús Enrique Lossada sintió en su alma una gran alegría, pues se le daba apertura a la Universidad por la cual él tanto luchó, triunfaba él y el pueblo del Zulia contra la arbitrariedad y la oligarquía. La fortuna lo ubicó en el sillón de su primer rector para ver muy cerca el histórico momento de la ciencia, la cultura y la verdad, y el doctor Lossada, haciendo Historia con la investidura de Rector, vivió la alegría y el honor de decir a su pueblo: "La Universidad está rescatada".
Este maestro, filósofo, jurista, político y poeta, condensa su obra en varios títulos, entre ellos: Madréporas, El Reloj de los Girasoles, La Máquina de la Felicidad, Compendio de Filosofía y Torre de Babel. Es el mismo Jesús Enrique Lossada que cuando ocupó la Presidencia del Concejo municipal de Maracaibo, entre 1936 y 1937, fundó nuestro más antiguo Colegio: El "Gran Mariscal de Ayacucho". En su discurso de apertura de esta institución dijo entre otras palabras las siguientes: "La educación es para todos, y San Francisco, este pueblo amante de la historia, de la poesía y de la cultura en general; además emporio agrícola, que en mucho alimenta a la población del Distrito Maracaibo, necesitaba este Colegio que llevará por nombre el honorífico que le dio Bolívar al Ilustre Antonio José de Sucre y en su frontispicio el lema glorioso: MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES……
A un año de su muerte
EL PADRE VÍLCHEZ ESTÁ PRESENTE EN EL CORAZÓN DE SAN FRANCISCO
Por Julio Fernández, periodista y profesor de LUZ
El 30 de agosto del año pasado murió en su modesta casa de la Parroquia del Santísimo Cristo de San Francisco, víctima de la enfermedad de Alzheimer, Monseñor Luis Guillermo Vílchez. Conocido por el sonido de un nombre popular que penetró muy profundo, durante 60 años, en cada hogar de su primigenia parroquia clerical y en la opinión pública en general: el Padre Vílchez. Su partida definitiva fue un golpe muy sensible, no sólo para la Iglesia de Cristo, sino también para el pueblo todo del municipio San Francisco, tierra inhóspita y abandonada por las élites oficiales a la que llegó el 23 de julio de 1953, pleno de ilusiones; época en la que el gobierno de Marcos Pérez Jiménez callaba las voces y apretaba, con terrible fuerza, las gargantas de los venezolanos que disentían de su oprobioso régimen.
Reemplazó al Pbro. Ángel Ríos Carvajal (1912-1974), que de 1939 a 1953 inculcó la religión católica en una población atrasada y olvidada. Ríos Carvajal había sustituido al sacerdote y General de Brigada de las huestes de Joaquín Crespo, Jesús María Zuleta (1860-1956).
El Padre Luis Guillermo Vílchez Soto nació el 24 de abril de 1924, al despuntar el alba, en una sencilla casa de adobe, piso de cemento y techo de zinc, del desaparecido poblado El Caimito, municipio Miranda; asiento de la Petroquímica Ana María Campos. Sus padres se llamaron Desiderio Sebastián Vílchez y Josefa Soto. Hizo sus estudios primarios y educación media en las escasas instituciones educativas de su lar nativo. Cuando tenía 10 años de edad recibió el llamado de la fe católica y desde ese momento luchó, con el valor y la perseverancia que lo caracterizaron, hasta hacerse discípulo de nuestro Señor Jesucristo.
Ingresó al Seminario Diocesano de Maracaibo el 27 de septiembre de 1937 y egresó algunos años después luego de superar el dolor que la causó el fallecimiento de su amado padre. El 25 de septiembre de 1941 ingresa al Seminario Interdiocesano de Caracas. Se ordena el 5 de diciembre de 1948, en la Santa Iglesia Catedral de Maracaibo; recibió la ordenación sacerdotal de manos de Monseñor Marcos Sergio Godoy. Ofició su primera misa en la Iglesia de Los Puertos de Altagracia el 26 de diciembre de ese mismo año. Fue designado Párroco, por cinco meses, de la Curia de Isla de Toas y allí permaneció por cinco años, hasta 1953.
En Isla de Toas comenzó el Pbro. Luis Guillermo Vílchez Soto su brillante apostolado. Durante un lustro se ganó el amor y la admiración de la feligresía. Además de su entrega al servicio de su Iglesia el Padre Vílchez inició aquí dos de sus actividades existenciales más importantes: el deporte y la música.
En 1953 es designado Cura Párroco del único templo católico que había en la Parroquia San Francisco, amén de algunas capillas. Se trataba de la Iglesia del Santísimo Cristo de San Francisco. En la madrugada del 23 de julio de ese año, su madre Josefa Soto, y hermanos: Jesús María, Candelaria, Sebastián, Desiderio, Carmen Iria y José Jesús, lo despiden en la parada de autobuses de Los Puertos de Altagracia. Llega al único municipio foráneo del Distrito Maracaibo: San Francisco, a las tres de la tarde de ese caluroso día.
Luego de ser recibido por el sacerdote saliente, Ángel Ríos Carvajal, de una comitiva encabezada por el Prefecto Darío Morillo, de otras personalidades de la parroquia y varias congregaciones religiosas; el cuerpo delgado del Pbro. Vílchez, vestido impecablemente de sotana negra, de finos espejuelos enchapados de oro, zapatos brillantes, con un corazón presto a servir al prójimo; con la alegría propia de su carismática personalidad, acostumbrado y preparado para enfrentar todo tipo de actividades se arrodilló frente al altar de su nueva iglesia, y pidió a Dios le permitiese llevar con éxito la inmensa obra misionera que le tocaría cumplir en esta Parroquia.
Durante 60 años de lucha sin tregua "El Curita", "El Socio", el sacerdote indoblegable, de palabra fácil y elocuente, comenzó por congregar a la juventud en "El Frente Juvenil de San Francisco", ideó proyectos y supo cumplirlos a cabalidad como por ejemplo los periódicos vecinales "Lumbre" y "El Municipal", el programa de radio "Juventud en Marcha" que se transmitía por la emisora católica La Voz de la Fe. Decidió construir el Primer Instituto de Educación media del sur de Maracaibo, (allí se formaron cientos de bachilleres y maestros normalistas), con el apoyo de la Superior Oil. Co y el pueblo todo de su San Francisco. Y lo logró con el apoyo del profesor Carlos Peñuela, fallecido tempranamente en su nativa Colombia y de una población, que desde un principio, vio en el Padre Vílchez al líder que movería la maquinaria del progreso de este pueblo hasta ese momento injustamente atrasado y sin esperanzas inmediatas de superación. Formó y dirigió con Tino, los conjuntos gaiteros San Francisco, Los Zagalines, Los Zagales y Las Espiguitas del Padre Vílchez.
Catapultó el deporte, fundamentalmente el béisbol con la creación del equipo AA Doble Punto, impulsó el teatro, reconstruyó dos iglesias y levantó la llamada Basílica Menor, que es hoy uno de los símbolos más hermosos de nuestro desarrollo una vez que San Francisco alcanzó su autonomía y que la alcaldía de San Francisco y la gobernación del Zulia hiciesen realidad el necesario apoyo económico.
Este es el asomo del perfil del hombre, del sacerdote, del ser singular que el 30 de agosto de 2013, levantó su mirada al altar del cielo para quedarse unida a ella de guía y compañera, en ese lugar eterno por siempre. Hoy debemos recordarlo, no cómo vivió los penosos años finales de su existencia. Debemos invocar sí, la imagen del clérigo inquieto que durante seis décadas recorrió las calles de San Francisco en procura del bienestar y la grandeza de sus ciudadanos, del día cuando le cambió el nombre a la Guajira por San Luis, cuando acudía gustoso a ver a sus enfermos o cuando las homilías de cada una de sus eucaristías, hacían vibrar de emoción a las multitudes que hoy lo recuerdan y alaban su nombre.